¿La absolución de tres agentes acusados de quitarle la vida a Tyre Nichols senta un precedente para juicios sobre abuso policial?. Descubre más sobre este caso que conmocionó a EE.UU.
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La reciente absolución de tres exagentes de policía de Memphis, acusados de la muerte de Tyre Nichols, hombre negro de 29 años, ha desatado una ola de indignación y debate en Estados Unidos. Nichols falleció el 10 de enero de 2023, tres días después de recibir una brutal paliza durante una detención por una supuesta infracción de tráfico.
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Este caso, que conmocionó al país por la violencia captada en video, plantea preguntas críticas: ¿qué precedente establece esta absolución para futuros juicios por abuso policial? ¿Cómo afecta el contexto sociopolítico a las comunidades afroamericanas en su búsqueda de justicia?
El 7 de enero de 2023, Tyre Nichols, un padre y trabajador de FedEx, fue detenido por cinco agentes de la Unidad Scorpion, una división especial de la policía de Memphis creada para combatir el crimen en áreas de alta delincuencia. Según las autoridades, Nichols fue detenido por «conducción imprudente», aunque la jefa de policía, Cerelyn Davis, admitió posteriormente que no había pruebas de tal infracción.
Los videos de las cámaras corporales y de seguridad, divulgados el 27 de enero de 2023, muestran una escena escalofriante: los agentes sacaron a Nichols de su vehículo a la fuerza, lo rociaron con gas pimienta, le dispararon con una pistola eléctrica y lo golpearon repetidamente con puños, botas y una porra. Nichols, desarmado, gritaba por su madre mientras era atacado a pocos metros de su casa. Tras la paliza, los agentes lo dejaron apoyado contra un patrullero, celebrando sus acciones, mientras Nichols luchaba por respirar. La ambulancia tardó 22 minutos en llegar, y Nichols murió en el hospital debido a hemorragias internas.
La difusión de los videos provocó protestas en Memphis, Nueva York, Washington y otras ciudades, con manifestantes coreando «Sin justicia, no hay paz». El caso evocó recuerdos de otros episodios de brutalidad policial, como los de Rodney King en 1991 y George Floyd en 2020, alimentando el debate sobre el racismo sistémico y la impunidad policial.
Los cinco agentes involucrados –Tadarrius Bean, Demetrius Haley, Justin Smith, Desmond Mills Jr. y Emmitt Martin III– fueron despedidos y acusados de cargos graves, incluyendo asesinato en segundo grado, asalto agravado, secuestro agravado y opresión oficial. La Unidad Scorpion fue desmantelada tras el escándalo, y el Departamento de Justicia de EE.UU. abrió una investigación que reveló patrones de uso excesivo de la fuerza y discriminación contra las personas negras en la policía de Memphis.
En octubre de 2024, un jurado federal condenó a Bean, Haley y Smith por manipulación de testigos, pero los absolvió del cargo más grave: violar los derechos civiles de Nichols causándole la muerte. Mills y Martin, tras declararse culpables, testificaron contra sus colegas, evitando el juicio.
Sin embargo, recientemente un jurado estatal absolvió a Bean, Haley y Smith de todos los cargos estatales, incluido el asesinato en segundo grado. Según reportes, el jurado, descrito como predominantemente blanco, deliberó durante varias horas antes de emitir el veredicto.
La absolución ha generado críticas feroces. RowVaughn Wells, madre de Nichols, expresó su devastación: «Mi hijo fue asesinado, y el sistema nos ha fallado otra vez». El abogado Ben Crump, representante de la familia, calificó el fallo como «un retroceso devastador para la justicia».
¿Un precedente peligroso?
La absolución de los agentes plantea interrogantes sobre el precedente que podría establecer para casos de abuso policial. Históricamente, los juicios por brutalidad policial han enfrentado obstáculos significativos, desde la dificultad de probar la intención criminal hasta la deferencia hacia los agentes en el sistema judicial.
El caso de Rodney King es un ejemplo emblemático: a pesar de un video que mostraba una paliza brutal, los agentes fueron absueltos en 1992, desatando disturbios en Los Ángeles.
Expertos en justicia penal, como Khalil Gibran Muhammad de la Universidad de Harvard, advierten que este fallo podría reforzar la percepción de impunidad. «Cuando los agentes no enfrentan consecuencias, se envía un mensaje de que la vida de las víctimas, especialmente las negras, no importa», señaló Muhammad.
El hecho de que los agentes son negros complica la narrativa, pero no elimina el racismo estructural, según analistas. Como explicó Van Jones en CNN, los agentes negros también pueden internalizar prejuicios sistémicos en departamentos que tratan ciertos barrios como «zonas de guerra».
Además, el caso destaca la falta de intervención de otros agentes, un problema recurrente. Aunque la ley en Tennessee exige que los oficiales detengan el abuso y denuncien la fuerza excesiva, los agentes presentes no actuaron para proteger a Nichols. Esto refleja una cultura policial que, según el exsargento Joseph Giacalone, desalienta la intervención por miedo al ostracismo.
El contexto sociopolítico de EE.UU. influye profundamente en la búsqueda de justicia de las comunidades negras. Según Mapping Police Violence, las personas negras tienen tres veces más probabilidades de morir a manos de la policía que las blancas, y en 2022 se registraron 1,186 muertes en intervenciones policiales, el 26% de las víctimas siendo negras.
La absolución de los agentes se produce en un momento de polarización política y retrocesos en las reformas policiales. La Ley George Floyd, que busca limitar el uso de la fuerza y prohibir prácticas como el perfilamiento racial, sigue estancada en el Congreso debido a la oposición republicana. Mientras tanto, figuras como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, han impulsado restricciones en la enseñanza de la historia afroamericana, incluyendo temas como Black Lives Matter y la brutalidad policial, lo que dificulta la educación sobre el racismo sistémico.
En Memphis, una ciudad de mayoría negra, el caso ha intensificado el escrutinio sobre la policía. La investigación del Departamento de Justicia reveló que las personas negras enfrentan un trato desproporcionadamente duro, representando el 86% de los casos de uso de fuerza en 2021. Esta disparidad, combinada con veredictos como el de Nichols, alimenta la desconfianza hacia el sistema judicial.
La resistencia continúa
A pesar del fallo, activistas y líderes comunitarios no se rinden. El reverendo Al Sharpton, quien pronunció el elogio fúnebre de Nichols, llamó a nuevas leyes para abordar la brutalidad policial. La NAACP y otros grupos exigen reformas estructurales, como la prohibición de unidades especiales como Scorpion y una supervisión más estricta de los departamentos de policía.
En las calles, las protestas continúan, aunque con menos violencia que en 2020 tras el asesinato de George Floyd. La familia de Nichols ha pedido manifestaciones pacíficas, y su legado sigue inspirando a quienes luchan por la justicia racial. «Tyre tenía un alma hermosa», dijo su madre. «Queremos que su muerte signifique algo».
El caso Tyre Nichols es un recordatorio doloroso de las tensiones raciales y los fallos del sistema judicial en EE.UU. La absolución de los agentes no solo reabre heridas, sino que plantea un desafío: ¿cómo avanzar hacia una justicia equitativa en un país dividido?
Mientras las comunidades negras siguen exigiendo rendición de cuentas, el camino hacia el cambio permanece lleno de obstáculos, pero también de esperanza en la resistencia colectiva.