Tras acusación de Casa Blanca a Amazon por aranceles, ¿quién es el verdadero ganador y perdedor en esta disputa?. Además, ¿cuáles serían las consecuencias en los consumidores? ¿Cuánto más pagarán?
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La reciente escalada de tensiones entre la Casa Blanca y Amazon, desencadenada por la supuesta intención de la empresa de detallar el impacto de los aranceles en los precios de sus productos, ha desatado un debate sobre quién sale ganando y quién pierde en esta disputa comercial.
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Con el presidente Donald Trump liderando una agresiva política arancelaria, especialmente contra China, el comercio electrónico global enfrenta un punto de inflexión. Mientras tanto, plataformas como Temu y Shein ya han comenzado a subir precios, afectando directamente a los consumidores. Este artículo analiza las implicaciones de esta confrontación, los costos para los compradores y las dinámicas de poder en juego.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, acusó a Amazon de cometer un “acto hostil y político” al considerar mostrar en su plataforma Amazon Haul cuánto de los precios de sus productos se debía a los nuevos aranceles impuestos por la administración Trump.
Según reportes, esta idea, que nunca se implementó, provocó una llamada directa del presidente a Jeff Bezos, fundador de Amazon, quien rápidamente desmintió el plan. “Esto nunca se aprobó y no va a suceder”, afirmó un portavoz de la compañía, según Bloomberg.
La reacción de la Casa Blanca no solo frenó la iniciativa, sino que también hizo caer las acciones de Amazon más del 2%, equivalente a una pérdida de 3.9 mil millones de dólares en valor de mercado en cuestión de segundos.
Este episodio refleja la sensibilidad de la administración Trump ante cualquier intento de transparentar el impacto de sus políticas arancelarias, que incluyen tasas de hasta 145% sobre productos chinos y la eliminación de la exención “de minimis” para envíos de menos de 800 dólares a partir del 2 de mayo de 2025. Esta exención, que permitía la entrada libre de impuestos de millones de paquetes desde China, había sido un pilar para gigantes del comercio electrónico como Amazon, Temu y Shein.
Las plataformas chinas de comercio electrónico Temu y Shein, conocidas por sus precios ultrabajos, anunciaron el 25 de abril de 2025 un aumento de precios en respuesta a los aranceles. En comunicados casi idénticos, ambas empresas citaron “aumentos en los costos operativos debido a cambios en las reglas del comercio global”. Aunque no especificaron el porcentaje exacto de las alzas, un ejemplo concreto reportado por CBS News muestra que un par de zapatillas deportivas en Temu, que costaba 14 dólares, ahora se vende por 27 dólares, un incremento del 93%.
El impacto en estas plataformas es significativo. En 2024, Temu y Shein aprovecharon la exención “de minimis” para enviar 1,360 millones de paquetes a Estados Unidos, más del doble que en 2020. Sin embargo, los aranceles del 145% y la eliminación de la exención han reducido sus márgenes de beneficio, que oscilan entre el 10% y el 15%, en hasta 5 puntos porcentuales, según Aaron Rubin, CEO de ShipHero. Como resultado, ambas empresas han recortado inversión publicitaria en redes sociales, afectando a plataformas como Meta y TikTok, y han visto caídas en las descargas de sus aplicaciones: Temu pasó del top 5 al puesto 75 en la Apple Store, y Shein del 15 al 58.
Amazon: ¿víctima o beneficiario?
Amazon, por su parte, enfrenta un escenario mixto. Aunque no es inmune a los aranceles, su infraestructura doméstica y su escala le permiten absorber costos mejor que sus competidores chinos. En noviembre de 2024, Amazon lanzó Amazon Haul, una plataforma de bajo costo para competir directamente con Temu y Shein, ofreciendo productos a menos de 20 dólares. Sin embargo, los aranceles han obligado a Amazon a ajustar su estrategia, incorporando marcas reconocidas como Adidas y Levi’s y abasteciendo inventario desde almacenes estadounidenses para evitar las nuevas tasas.
A largo plazo, los analistas sugieren que Amazon podría beneficiarse de la debilidad de Temu y Shein. Su capacidad para ofrecer envíos rápidos y su dominio en el mercado estadounidense (en 2024, entregó más de 9 mil millones de artículos con entrega en el mismo día o al día siguiente) le dan una ventaja competitiva.
Sin embargo, la presión de la Casa Blanca y la necesidad de aumentar precios en cientos de productos, con alzas promedio del 30% según SmartScout, podrían dañar su imagen entre los consumidores.
Los consumidores: los verdaderos perdedores
El impacto más directo de esta disputa recae en los consumidores estadounidenses, particularmente en aquellos con menor poder adquisitivo que dependen de plataformas como Temu y Shein para productos asequibles. La eliminación de la exención “de minimis” y los aranceles han generado incrementos de precios generalizados. Según el National Bureau of Economic Research, los hogares de menores ingresos serán los más afectados, ya que enfrentan mayores costos en bienes esenciales como ropa y electrónicos.
En redes sociales, los compradores expresan frustración. Usuarios de TikTok y Reddit han compartido ejemplos de productos que han duplicado su precio o han desaparecido de las plataformas. “¿Para qué sirve vivir en un país si no puedo comprar 100 tonterías por 15 dólares?”, bromeó un usuario, reflejando el impacto cultural de estas plataformas como “terapia de consumo”.
¿Hay ganadores?
En esta guerra comercial, identificar un ganador claro es complicado. Trump refuerza su narrativa proteccionista, pero a costa de tensiones con gigantes tecnológicos y malestar entre los consumidores. Amazon, aunque golpeada por la presión política, podría consolidar su dominio si Temu y Shein no logran adaptarse. Sin embargo, las plataformas chinas están explorando alternativas, como abrir centros de distribución en Estados Unidos o redirigir envíos a través de países como México, lo que podría mitigar el impacto a mediano plazo.
Mientras tanto, los consumidores enfrentan un panorama de precios más altos y menos opciones. Como señaló un usuario en Reddit: “Tú y yo pagamos los aranceles, no las empresas”. En esta disputa, el verdadero costo parece recaer en los bolsillos de millones de estadounidenses.
