Una escultura de más de tres metros de alto del empresario Elon Musk, instalada en una propiedad privada cercana a la base de operaciones de SpaceX en Boca Chica, Texas, fue blanco de un acto de vandalismo el pasado fin de semana. La figura, una interpretación artística del magnate tecnológico, fue hallada con cortes profundos en el ojo, la barbilla y la parte posterior de la cabeza, según confirmó su custodio, Eleazar Villafranca, al medio ABC News.
La pieza, conocida popularmente como “Elon, I drew you” y realizada por el artista francés Louis, ha estado expuesta durante cerca de un año. Se trata de una estructura plástica de acabado bronceado, montada sobre una base de concreto de 1,2 metros, que forma parte de una colección artística más amplia vinculada al proyecto de criptomoneda ElonRWA.
“Hay tres o cuatro piezas que cortaron con un cuchillo”, relató Villafranca, quien colocó la escultura en su propiedad como favor al creador. “Algunos cobardes que odian a Elon Musk intentaron dañar la estatua”, declaró con indignación tras cubrirla con una lona para evitar más atención mediática. Irónicamente, esa misma lona ha atraído más curiosos que antes: “Mucha gente ahora viene a tomar fotos de la lona, demasiada gente”, comentó.
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Las autoridades del condado de Cameron ya fueron notificadas, aunque hasta el momento no se han identificado sospechosos, ni se ha emitido un comunicado oficial.
Fotografía de archivo de Elon Musk, fundador y propietario de la compañía Neuralink. EFE/Alexander Becher
Vandalismo contra Elon Musk: ¿Ataques aislados o parte de una tendencia global?
El caso no es aislado. El vandalismo contra Elon Musk ha crecido en distintas partes del mundo en los últimos meses, como expresión de rechazo hacia sus decisiones empresariales y políticas. En febrero, un mural del empresario en Brownsville, también en Texas, fue pintado con símbolos anarquistas. Y en marzo, más de 200 protestas simultáneas —bajo el lema “Tesla Takedown”— se llevaron a cabo en ciudades de Estados Unidos, Canadá y Europa.
Los actos de protesta, inicialmente pacíficos, han escalado en algunos casos hacia acciones violentas como incendios provocados en concesionarios de Tesla, sabotajes a estaciones de carga, y ataques a vehículos eléctricos de la marca. Las autoridades han calificado varios de estos hechos como terrorismo doméstico, y se han producido múltiples detenciones.
Parte del malestar social proviene de la cercanía creciente de Musk con la administración de Donald Trump. Recientemente, el empresario fue nombrado asesor en el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), organismo que busca reducir el tamaño del aparato estatal estadounidense. Para muchos, esta colaboración es vista como una amenaza a los derechos laborales y a la inversión pública en áreas como salud y educación.
En el Reino Unido, el 10 de abril, se produjo una intervención artística de protesta organizada por el colectivo Everyone Hates Elon. En el evento, titulado “London vs Musk”, varios manifestantes destruyeron a martillazos un Tesla Model S en el barrio de Peckham, con el fin de denunciar la creciente desigualdad económica y el vínculo del magnate con movimientos de extrema derecha.
El magnate Elon Musk, en una fotografía de archivo. EFE/Hannibal Hanschke/Pool
Vandalismo contra Elon Musk: Cómo responde la comunidad artística y local
Pese al ataque, la comunidad alrededor de la obra en Boca Chica ha tomado el incidente como una oportunidad para reflexionar y actuar. Villafranca está trabajando para restaurar la escultura, y ya ha contactado a un equipo de artistas en Utah para obtener un presupuesto de reparación.
“Queremos mantener el arte, no importa lo que pase con Elon Musk. Este sitio se ha convertido en un símbolo para muchos, incluso para quienes no lo admiran”, expresó. La propiedad, en efecto, se ha convertido en una atracción turística poco convencional: además del busto vandalizado, hay un mural de tres pisos del mismo meme “Elon, I drew you”, y dos murales adicionales inspirados en el popular meme de Doge, que conecta la obra con el mundo de las criptomonedas.
Esta respuesta desde el arte propone un camino alternativo frente al vandalismo: no el silencio o la destrucción, sino la revalorización del espacio como punto de diálogo. Algunos vecinos incluso han sugerido realizar visitas guiadas que contextualicen la historia de la obra, su vandalización y el debate más amplio sobre la figura de Musk en la cultura contemporánea.
“Hay una línea muy delgada entre la crítica legítima y el ataque destructivo”, comentó a medios locales la profesora de arte y sociedad de la Universidad de Texas, Clara Martínez. “Que alguien no esté de acuerdo con Elon Musk no justifica dañar una obra que también representa el trabajo de un artista independiente”.