Trump sugiere aranceles del 80% a China y sacude el tablero del comercio global
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reavivado las tensiones comerciales con China al sugerir que podría imponer un arancel del 80% a los productos importados desde el país asiático, justo días antes de una importante reunión entre representantes comerciales de ambas naciones.
A través de un mensaje publicado en su plataforma Truth Social el viernes 9 de mayo, Trump expresó su aprobación a la idea de un arancel elevado. «¡Arancel de 80% a China me parece bien! Dependerá de Scott B», escribió, haciendo referencia al secretario del Tesoro, Scott Bessent. La declaración generó preocupación en el mercado global y puso de nuevo en el centro del debate las políticas comerciales agresivas de la administración Trump.
La reunión crucial en Ginebra
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Este comentario llega en un momento clave, ya que el secretario Bessent y el enviado comercial Jamieson Greer están programados para reunirse con sus contrapartes chinas el 10 de mayo en Ginebra. La agenda de la reunión busca abordar el futuro de las tarifas impuestas a China durante la administración Trump, con el objetivo de renegociar los términos comerciales entre las dos principales economías del mundo.
El jueves 8 de mayo, Trump ya había insinuado que estaba dispuesto a reducir el arancel del 145% impuesto a los productos chinos, aunque dejó claro que no aceptaría más aumentos en las tarifas. “Vamos a verlo. Ahora no se pueden aumentar más”, declaró desde el Despacho Oval, lo que sugiere que el presidente se encuentra en una fase de flexibilización respecto a algunas de las medidas más estrictas tomadas en años anteriores.
Un arancel de 80%: ¿una política más dura que antes?
A pesar de la aparente suavización de las políticas comerciales de Trump hacia China, el nuevo arancel propuesto del 80% sigue siendo significativamente más alto que el que estaba en vigor antes de la escalada de tensiones comerciales. Durante la presidencia de Trump, los aranceles sobre los productos chinos llegaron a superar el 125%, en una medida que fue ampliamente vista como un intento de presionar a Pekín para que frenara las prácticas comerciales desleales, como el robo de propiedad intelectual y las restricciones al acceso de empresas extranjeras en su mercado.
El primer aumento de los aranceles, del 20%, se aplicó poco después de la segunda toma de posesión de Trump en enero de 2021, en respuesta a lo que él percibía como una inacción por parte del gobierno chino frente al flujo de fentanilo hacia Estados Unidos. Sin embargo, este nivel de tarifas fue incrementado en cuestión de semanas hasta llegar al 125%, lo que generó una importante fricción con los socios comerciales internacionales.
Impacto de los aranceles en el comercio global
A pesar de las amenazas de Trump, las políticas arancelarias de su administración han tenido efectos mixtos. En abril de 2025, las exportaciones de China crecieron significativamente, según estimaciones de la cadena CNBC. Los productos chinos, en lugar de dirigirse directamente a Estados Unidos, comenzaron a enviarse a países del sudeste asiático, desde donde luego se reexportaron a los Estados Unidos, probablemente para evitar los altos aranceles. Esto sugiere que la estrategia de aranceles de Trump podría haber llevado a una redistribución del comercio global, más que a un verdadero cambio en la relación comercial entre China y Estados Unidos.
El futuro incierto de las relaciones comerciales
En un contexto de incertidumbre económica global, Trump también ha mencionado que busca «negociar» con otros países para reducir los aranceles. Sin embargo, las negociaciones han sido lentas y los acuerdos no se han concretado, lo que ha generado escepticismo tanto entre los analistas como en el ámbito empresarial. La falta de avances en las negociaciones comerciales ha afectado la confianza de los consumidores y dificultado los planes de muchas empresas.
A pesar de los comentarios de Trump sobre posibles acuerdos comerciales, como el recientemente mencionado con el Reino Unido, muchos de estos pactos siguen siendo vagas promesas, sin garantías de que se materialicen en beneficios concretos para los exportadores o los consumidores. En el caso del acuerdo con el Reino Unido, aunque se prevé una expansión en las exportaciones de productos como etanol y carne, no se ha ofrecido una perspectiva clara sobre si las importaciones británicas aumentarán en la misma medida.
La respuesta internacional y las implicaciones a largo plazo
Los comentarios de Trump y su propuesta de aranceles podrían tener repercusiones de largo alcance, no solo en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, sino también en el comercio global en general. Aunque las tarifas impuestas a China han sido una herramienta clave en la estrategia económica de la administración Trump, los efectos colaterales, como la reducción de la confianza empresarial y la reconfiguración de las cadenas de suministro globales, siguen siendo preocupantes.
Hasta el momento, no está claro si la política de aranceles de Trump ha alcanzado su objetivo de cambiar las prácticas comerciales de China o si, por el contrario, ha simplemente provocado una reubicación del comercio. Las negociaciones en Ginebra y las decisiones que se tomen en los próximos días podrían ser cruciales para definir el rumbo de la política comercial estadounidense en los próximos años.
