Trump retira fondos federales a NPR y PBS: impacto en la radiodifusión pública
El presidente Donald Trump firmó este jueves un decreto que ordena a la Corporación para la Radiodifusión Pública (CPB, por sus siglas en inglés) retirar la financiación federal a la Radio Pública Nacional (NPR) y al Servicio de Radiodifusión Pública (PBS), los dos principales medios públicos de Estados Unidos. La medida llega en medio de crecientes críticas de la Casa Blanca y legisladores republicanos, quienes acusan a estas emisoras de sesgo político en su cobertura.
El decreto de Trump y sus implicaciones
La orden presidencial instruye a la junta directiva de la CPB a eliminar hasta el máximo permitido por la ley los fondos destinados a NPR y PBS. También exige la reducción de cualquier financiación indirecta que estas emisoras reciban a través de subvenciones o asociaciones con otras estaciones públicas.
Además, el decreto ordena al secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., que investigue a NPR y PBS por presunta discriminación laboral. Al mismo tiempo, insta a los directores de todas las agencias federales a identificar y cortar cualquier financiamiento gubernamental directo o indirecto a estas organizaciones de medios.
Te Recomendamos
Una ofensiva contra la radiodifusión pública
La decisión de Trump es el último episodio de una ofensiva contra los medios públicos en EE.UU. Durante años, la administración republicana ha acusado a NPR y PBS de tener una inclinación política progresista y de no representar adecuadamente a todos los estadounidenses.
«El pueblo estadounidense no debería financiar medios que operan como un brazo de propaganda de la izquierda», declaró un funcionario de la Casa Blanca en un comunicado oficial.
Por su parte, la CPB —entidad creada en 1967 para administrar la financiación pública de medios de comunicación— calificó la orden de Trump como un ataque a la libertad de prensa y una amenaza para el acceso a información imparcial en comunidades rurales y desatendidas.
Impacto en estaciones locales y acceso a la información
Cada año, la CPB distribuye aproximadamente 535 millones de dólares en fondos públicos a estaciones de radio y televisión públicas en todo el país. Esta financiación es vital para que muchas emisoras puedan operar, especialmente en zonas rurales, donde a menudo son la única fuente de información local confiable.
«Si esta medida se mantiene, muchas estaciones pequeñas se verán obligadas a cerrar. En algunos casos, son la única fuente de noticias y programas educativos en comunidades alejadas de los grandes centros urbanos», advirtió Ed Ulman, director ejecutivo de Alaska Public Media.
La Casa Blanca ha señalado que también buscará recuperar los fondos ya asignados a la CPB para los próximos dos años, lo que agravaría la crisis financiera de los medios públicos.
La reacción de la CPB y la batalla legal en puerta
En respuesta a la orden ejecutiva, la CPB presentó una demanda contra la administración Trump, argumentando que la medida viola la independencia de la corporación establecida por el Congreso en 1967.
La demanda también cuestiona la decisión de la Casa Blanca de despedir a tres de los cinco miembros de la junta directiva de la CPB a través de correos electrónicos. Los miembros destituidos —Laura G. Ross, Thomas E. Rothman y Diane Kaplan— fueron nombrados por el expresidente Joe Biden en 2022.
«La CPB fue creada para proteger la radiodifusión pública de la interferencia política. Esta acción es un claro intento de socavar su independencia y controlar la información», declaró un portavoz de la corporación.
La legislación de 1967 prohíbe explícitamente al gobierno federal ejercer «dirección, supervisión o control sobre la radiodifusión educativa». Sin embargo, la administración Trump ha argumentado que la financiación de NPR y PBS es una cuestión de política fiscal y no de censura.
El futuro de NPR y PBS sin apoyo federal
Aunque NPR y PBS reciben financiamiento de diversas fuentes, la eliminación de fondos federales podría afectar gravemente su operación.
PBS depende de la CPB para aproximadamente 15% de su presupuesto anual, mientras que muchas estaciones afiliadas a NPR reciben entre 20% y 40% de su financiamiento del gobierno federal. La desaparición de estos fondos obligaría a las emisoras a reducir su programación o buscar apoyo exclusivamente en donaciones privadas y corporativas.
Defensores de la radiodifusión pública advierten que esto podría afectar la producción de contenido educativo y cultural, como los programas infantiles de PBS («Sesame Street», «Arthur») y los noticieros de NPR, que han sido una fuente confiable de información durante décadas.
Por otro lado, los partidarios de la medida argumentan que los medios públicos deberían autofinanciarse sin depender de dinero del gobierno. «Si realmente ofrecen un servicio valioso, encontrarán formas de sostenerse sin el dinero de los contribuyentes», declaró el senador republicano Ted Cruz.
¿Qué sigue para los medios públicos en EE.UU.?
Con la demanda en curso y el rechazo de la comunidad periodística y educativa, la decisión de Trump podría enfrentar obstáculos legales antes de implementarse por completo. Sin embargo, la medida marca un precedente en el debate sobre el papel del gobierno en la financiación de los medios de comunicación en Estados Unidos.
La incertidumbre sobre el futuro de NPR y PBS pone en jaque a miles de estaciones locales y a millones de oyentes y televidentes que dependen de estos medios como fuente de información confiable y accesible.