El presidente Donald Trump ha desatado una nueva controversia al acusar al ex presidente Bill Clinton de haber visitado 28 veces la isla privada de Jeffrey Epstein, conocida como Little St. James. En un encuentro con la prensa antes de viajar a Escocia, Trump negó rotundamente haber estado en la isla y pidió a los medios centrarse en figuras como Clinton y el ex presidente de Harvard, Larry Summers. Las declaraciones llegan en medio de un renovado escrutinio sobre los vínculos de ambos ex mandatarios con Epstein, un financiero acusado de tráfico sexual de menores cuya muerte en 2019 sigue generando especulaciones.
Trump, visiblemente molesto, insistió en que nunca visitó la isla de Epstein. «No quiero hablar de eso, pero deberían estar hablando de Bill Clinton, que fue a la isla 28 veces», afirmó. Sus comentarios buscan desviar la atención de reportes recientes que lo vinculan al caso Epstein, incluyendo registros que confirman que voló en el jet privado del financiero, apodado el Lolita Express. La controversia se intensifica mientras el Congreso y el público exigen más transparencia sobre las investigaciones relacionadas con Epstein.
Conexiones de alto perfil
La isla de Epstein, ubicada en las Islas Vírgenes de EE.UU., ha sido señalada como un lugar donde el financiero llevaba a cabo actividades ilícitas. Documentos judiciales han confirmado que figuras prominentes, como Bill Clinton, viajaron en el jet privado de Epstein. Ángel Ureña, portavoz de Clinton, aclaró que los viajes del ex presidente entre 2002 y 2003estuvieron relacionados con el trabajo de la Fundación Clinton. «Fueron cuatro viajes: uno a Europa, uno a Asia y dos a África», explicó Ureña, enfatizando que no hubo visitas a la isla.
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Por su parte, Trump ha sido mencionado en registros de vuelo del Lolita Express, con al menos siete viajes documentados entre 1993 y 1997, según evidencia presentada en el juicio de Ghislaine Maxwell, ex pareja y cómplice de Epstein. Maxwell, quien cumple una condena de 20 años por tráfico sexual, ha sido citada para testificar ante el Congreso el 11 de agosto. Su testimonio podría arrojar luz sobre las conexiones de Epstein con figuras influyentes, aunque no se espera que revele información significativa, según el Departamento de Justicia.
Polémica por la ssla de Epstein y acusaciones cruzadas
Las acusaciones de Trump contra Clinton llegan en un momento de creciente tensión política. El Departamento de Justicia, liderado por la fiscal general Pam Bondi, ha enfrentado críticas por su manejo de los archivos de Epstein. En julio de 2025, la agencia publicó un memorando afirmando que no existe una lista de clientes de Epstein y que no hay pruebas de chantaje a figuras prominentes. Esta declaración decepcionó a muchos seguidores de Trump, quienes esperaban revelaciones explosivas tras promesas de campaña de divulgar más documentos.
El Congreso ha intensificado sus esfuerzos para obtener transparencia. La Comisión de Supervisión de la Cámara votó recientemente para citar a Maxwell y al Departamento de Justicia por archivos relacionados con Epstein. La moción, presentada por la representante Summer Lee, contó con el apoyo de algunos republicanos, como Nancy Mace, lo que refleja divisiones dentro del partido de Trump. Sin embargo, un juez federal en Florida rechazó una solicitud para desclasificar transcripciones del gran jurado, argumentando que no cumplían con las excepciones legales para su publicación.
El caso Epstein y la sombra de la isla
El caso de Jeffrey Epstein sigue siendo un tema candente debido a su magnitud y las conexiones con figuras poderosas. En 2008, Epstein evitó cargos federales en Florida gracias a un controvertido acuerdo con la fiscalía, liderada por Alexander Acosta. Este pacto, que le permitió cumplir solo 13 meses en una cárcel del condado con permisos laborales, fue ampliamente criticado por su lenidad. En 2019, Epstein fue arrestado nuevamente por tráfico sexual en Nueva York, pero murió en prisión antes del juicio, en un caso declarado como suicidio por las autoridades.

La muerte de Epstein desató teorías conspirativas, alimentadas por fallos en la vigilancia carcelaria y su red de contactos influyentes. Las recientes acusaciones de Trump contra Clinton buscan desviar la atención de su propia conexión con Epstein, que incluyó una amistad de 15 años hasta que rompieron en 2004. Mientras tanto, la presión pública y política crece para que se publiquen más documentos, aunque el Departamento de Justicia insiste en que no hay evidencia nueva que justifique continuar la investigación.
Las declaraciones de Trump y las acusaciones contra Clinton mantienen el caso Epstein en el centro del debate público. Con Maxwell programada para testificar y el Congreso exigiendo más respuestas, la controversia en torno a la isla de Epstein no muestra signos de disminuir. La atención se centra ahora en si las próximas audiencias revelarán detalles que aclaren las conexiones de estas figuras públicas con uno de los casos más oscuros de las últimas décadas.