Al menos 36 personas han perdido la vida debido a las tormentas en el este de EE.UU, en los estados de Mississippi, Missouri, Arkansas, Texas, Oklahoma y Kansas, mientras sistemas de tornados de gran potencia seguían desplazándose por el centro y sur del país
Aproximadamente 9 millones de personas permanecían bajo advertencias, abarcando regiones como Mississippi, Alabama y Tennessee.
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Este fenómeno meteorológico dejó estructuras destruidas, líneas eléctricas dañadas y más de 100 incendios forestales agravados por las condiciones climáticas.
Hoy, unas 40 millones de personas están en peligro de enfrentar mal tiempo desde Florida hasta el oeste de Nueva York, a medida que el riesgo de tormentas se traslada hacia la Costa Este.
Entre las áreas amenazadas se encuentran ciudades como Pittsburgh y Erie en Pennsylvania; Jacksonville en Florida; Cleveland en Ohio; y Charlotte y Raleigh en Carolina del Norte, con las tormentas más intensas afectando el oeste de Pennsylvania. Missouri reportó el mayor número de víctimas, con 12 fallecidos, principalmente en el condado de Wayne. En Mississippi, seis personas murieron tras el paso de tornados.
Las autoridades de Arkansas confirmaron tres muertes en el condado de Independence. En Texas, la sargento Cindy Barkley del Departamento de Seguridad Pública informó que cuatro personas fallecieron en accidentes viales causados por una tormenta de polvo el viernes en el Panhandle, cerca de Amarillo, atribuyendo los hechos a fuertes vientos y visibilidad reducida.
En Alabama se registraron dos muertes adicionales, mientras que en Oklahoma, el gobernador Kevin Stitt reportó un fallecimiento relacionado con un conductor que atravesó el humo de incendios forestales.
En Kansas, ocho personas murieron el viernes tras una colisión múltiple de más de 50 vehículos en el condado de Sherman, provocada por una tormenta de polvo y vientos intensos. Es probable que el número de víctimas aumente a medida que avanzan las labores de búsqueda y rescate.
En Missouri se confirmaron al menos seis tornados, con eventos similares en Arkansas y Mississippi.
El viernes, el Servicio Meteorológico Nacional anticipó condiciones climáticas severas en una extensa región habitada por más de 100 millones de personas, pronosticando vientos fuertes con ráfagas de hasta 80 millas por hora (130 kilómetros por hora) desde la frontera con Canadá hasta Texas.
Usuarios en redes sociales comenzaron a reportar posibles tornados desde la noche del viernes, incluyendo uno de gran escala que devastó Bakersfield, Missouri. En Oklahoma, un incendio forestal avivado por pastos secos y fuertes vientos llevó a las autoridades de emergencia a ordenar la evacuación de Leedey, una localidad de unos 400 habitantes.
La patrulla estatal informó en X que camiones con remolque fueron volcados por vientos cargados de polvo. Charles Daniel, un camionero que conducía un remolque de 14 metros por la Interestatal 40 en el oeste de Oklahoma, describió la situación como «terrible» debido a la arena y suciedad en el aire, limitando su velocidad a 90 kilómetros por hora por temor a volcarse.
El Departamento de Gestión de Emergencias de Oklahoma activó su centro de operaciones tras múltiples incendios de rápida propagación, ordenando evacuaciones en Leedey y una zona rural al este de Norman. La policía dispuso evacuaciones obligatorias en Mannford, una ciudad de 3,300 habitantes al oeste de Tulsa.
Jennifer Thompson, meteoróloga en Norman, calificó las condiciones de los incendios en el centro y norte de Oklahoma como históricas y excepcionales. En Kansas, 190 kilómetros de la Interestatal 70 fueron cerrados por polvo y baja visibilidad, y carreteras en el este del estado también se clausuraron por incendios y humo.
En el condado de Camden, Missouri, las autoridades instaron a evacuar por incendios forestales que se acercaban a hogares y negocios, según la Patrulla Estatal de Carreteras en redes sociales.
Tormentas en el este de EE.UU.: expertos señalan que fenómenos así no son inusuales
Expertos señalan que eventos climáticos extremos en marzo no son inusuales. Bill Bunting, del Centro de Predicción de Tormentas en Norman, Oklahoma, destacó que «lo distintivo de esta tormenta es su enorme alcance e intensidad, generando impactos significativos en una región muy amplia».
El Centro de Predicción de Tormentas advirtió que las tormentas rápidas podrían producir tornados y granizo del tamaño de pelotas de béisbol el viernes, aunque los vientos en línea recta, cercanos o superiores a la fuerza de un huracán, con ráfagas de hasta 100 millas por hora (160 kilómetros por hora), serían la mayor amenaza. Áreas como Iowa, Kentucky, Tennessee y Mississippi también estaban en riesgo.
En las Llanuras del Sur, los incendios forestales, impulsados por un clima cálido, seco y ventoso, amenazaban con expandirse rápidamente. En el condado de Roberts, Texas, un incendio creció de menos de una milla cuadrada (dos kilómetros cuadrados) a 17.1 millas cuadradas (44 kilómetros cuadrados), según el Servicio Forestal de Texas A&M en X. A 90 kilómetros al sur, otro incendio alcanzó 3.9 millas cuadradas (10 kilómetros cuadrados), aunque los bomberos lograron contenerlo por la tarde.
