La tensión en Washington se intensifica mientras el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y los líderes republicanos del Congreso se reúnen para delinear un ambicioso plan de recorte de impuestos multimillonario, programado para el 28 de abril de 2025. La reunión, que incluye al director del Consejo Económico Nacional, Kevin Hassett, y figuras clave como el líder de la mayoría del Senado, John Thune, y el presidente de la Cámara, Mike Johnson, busca acelerar la aprobación de una legislación que renueve los recortes fiscales de 2017 y añada nuevas reducciones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).
La presión aumenta tras encuestas que revelan un descontento generalizado con la gestión económica del presidente Donald Trump, con solo el 39% de aprobación, según datos de la Oficina de Gestión y Presupuesto. Los aranceles recientemente impuestos han generado críticas, y los republicanos ven en los recortes fiscales una oportunidad para recuperar el apoyo público.
Washington: reuniones clave
El encuentro del lunes marca el inicio de una serie de negociaciones cruciales. Asistirán también los presidentes de los comités tributarios, el senador Mike Crapo y el representante Jason Smith, quienes han abogado por una reforma fiscal que incluya la eliminación de impuestos sobre propinas, Seguridad Social, horas extras y deducciones para préstamos de automóviles, propuestas destacadas por Bessent en un comunicado del Departamento del Tesoro.
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Trump ha instado a los legisladores a priorizar esta legislación, incluso pidiéndoles que permanezcan en Washington en lugar de asistir a un evento en Michigan por sus primeros 100 días en el cargo. La Cámara, liderada por Johnson, apunta a aprobar el proyecto antes de finales de mayo, mientras que el Senado, más cauto, planea una votación para agosto, según la Secretaría del Senado. La urgencia responde a la necesidad de evitar el vencimiento de los recortes de la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos de 2017, que, de no renovarse, implicaría un aumento fiscal de 4 billones de dólares, según la CBO.
Desafíos legislativos
A pesar del impulso, los republicanos enfrentan obstáculos significativos. La resolución presupuestaria aprobada en abril permite sortear el umbral de 60 votos en el Senado, pero los detalles del paquete fiscal siguen sin definirse. La CBO estima que extender los recortes de 2017 costará entre 6 y 10 billones de dólares en una década, lo que ha generado preocupación por el déficit fiscal, que alcanzó 710.9 mil millones de dólares en el primer trimestre de 2025.
Los republicanos han propuesto financiar la reforma con recortes al gasto federal, incluyendo una reducción de 150 mil millones de dólares en pensiones de trabajadores federales y ajustes a programas de salud, pero aún no hay consenso sobre qué áreas específicas se verán afectadas. Hassett, en un comunicado, enfatizó que presentarán una lista de prioridades de Trump para garantizar su inclusión en el proyecto, aunque las negociaciones con el Congreso podrían complicarse por las demandas de moderados y conservadores dentro del partido.
Reacciones y perspectivas
La tensión en Washington también refleja el descontento público. Una encuesta reciente de la Oficina de Gestión y Presupuesto indica que los aranceles han exacerbado la percepción negativa de la economía, con un 61% de estadounidenses desaprobando las políticas comerciales de Trump. Bessent ha defendido los recortes fiscales como una forma de estimular el crecimiento, proyectando un aumento del PIB al 3% anual, según el Departamento del Tesoro.
Sin embargo, críticos dentro del propio partido, como el senador Ron Johnson, han instado a recortes más profundos en el gasto para equilibrar el presupuesto. Mientras tanto, los demócratas, liderados por el senador Ron Wyden, han advertido que los recortes benefician principalmente a los más ricos, según un análisis del Comité Conjunto de Tributación. Los ciudadanos pueden seguir las actualizaciones sobre el proceso legislativo en el sitio oficial del Congreso.
Con el reloj avanzando hacia el vencimiento de los recortes fiscales, las negociaciones en Washington definirán el rumbo económico de la administración Trump. La capacidad de Bessent y los republicanos para alinear sus prioridades y superar las divisiones internas será crucial en un momento en que la confianza pública en la economía está en su punto más bajo. Las próximas semanas prometen debates intensos mientras el Congreso busca equilibrar las promesas de campaña con las realidades fiscales.