La lotería, un símbolo de esperanza y diversión para millones en Estados Unidos, está prohibida en cinco estados: Alabama, Alaska, Hawái, Nevada y Utah, según datos de la Multi-State Lottery Association (MUSL) actualizados al 30 de abril. Mientras juegos como Powerball y Mega Millions generan fiebre nacional con jackpots que superan los mil millones de dólares, estos estados optan por no participar, cada uno por razones únicas que van desde creencias religiosas hasta intereses económicos.
La Secretaría de Comercio de Nevada señaló que la ausencia de loterías en estos estados no impide que sus residentes busquen boletos en territorios vecinos, generando un flujo económico transfronterizo estimado en 50 millones de dólares anuales. Esta postura contrasta con los 45 estados, el Distrito de Columbia, Puerto Rico y las Islas Vírgenes que abrazan los sorteos como fuente de ingresos.
Prohibición de la lotería: motivos religiosos y sociales
En Alabama y Utah, la lotería prohibida responde a profundas convicciones morales. Alabama, con una constitución estatal que veta el juego desde el siglo XIX, ha enfrentado resistencia de grupos religiosos conservadores, según el Departamento de Asuntos Legislativos del estado.
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En 1999, un referéndum para legalizar la lotería fue rechazado tras campañas de iglesias que alertaron sobre el impacto en familias de bajos ingresos. Utah, donde más del 60% de la población pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, prohíbe todo tipo de apuestas en su constitución, una medida que refleja los valores de la comunidad mormona. La Comisión de Ética de Utah reiteró en 2025 que el juego podría fomentar adicciones, afectando a las comunidades más vulnerables. Ambos estados priorizan la protección social sobre los ingresos potenciales que los sorteos podrían generar.
Intereses económicos y geográficos
Nevada, Hawái y Alaska tienen razones distintas para mantener la lotería prohibida. En Nevada, el corazón de la industria de casinos, la poderosa Nevada Gaming Control Board ha bloqueado propuestas de loterías estatales por considerarlas una amenaza competitiva. Los casinos, que generaron 15.5 mil millones de dólares en ingresos en 2024 según la Comisión de Turismo de Las Vegas, temen que los boletos de Powerball en tiendas de conveniencia desvíen a los apostadores.
Hawái, por su parte, protege su imagen como destino turístico familiar, según la Autoridad de Turismo del estado, que estima que el juego podría generar percepciones negativas entre los visitantes, quienes gastaron 20 mil millones de dólares en 2024. Alaska, con su baja densidad poblacional y dependencia de ingresos petroleros, no ve la lotería como viable, aunque en 2020 el gobernador Mike Dunleavy propuso crear una Alaska Lottery Corporation para enfrentar déficits presupuestales, iniciativa que aún no prospera.
Impacto y alternativas
A pesar de que la lotería está prohibida, los residentes de estos estados no se quedan al margen. En Alabama, miles cruzan a Florida o Georgia para comprar boletos de Mega Millions, mientras los habitantes de Utah viajan a Idaho, según la Oficina de Comercio Interestatal de Alabama, que reportó un gasto de 10 millones de dólares en boletos fuera del estado en 2024. En Nevada, un puesto de lotería en un área de servicio de Arizona, a 60 millas de Las Vegas, vende millones de boletos anuales a nevadenses.
Alaska y Hawái, sin fronteras terrestres con estados participantes, enfrentan mayores barreras, aunque algunos residentes usan plataformas en línea como Jackpocket, legales en otros estados, para participar. La MUSL destacó que los sorteos generaron 77.7 mil millones de dólares en ventas nacionales en 2024, con estados como California celebrando premios récord, como el de 2.04 mil millones de Powerball en 2022. Los interesados pueden verificar las reglas estatales en el sitio oficial de MUSL.
El debate sobre la lotería en estos cinco estados persiste, con propuestas en Alabama y Nevada ganando fuerza para 2025. Mientras tanto, los residentes de estas regiones siguen soñando con jackpots millonarios, aunque para muchos implique un viaje al otro lado de la frontera. La lotería, aunque ausente en estos estados, no detiene la esperanza de quienes buscan un golpe de suerte.