El 24 de julio de 2025, los senadores republicanos Lindsey Graham y John Cornyn pidieron un fiscal especial para investigar al expresidente Barack Obama, acusándolo de liderar una “conspiración traicionera” contra el presidente Donald Trump durante las elecciones de 2016. La solicitud, respaldada por la publicación de documentos por la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, reaviva un debate político en un momento de tensiones, con los republicanos buscando desviar la atención de controversias como el caso Jeffrey Epstein. Este movimiento refleja una estrategia para galvanizar a las bases conservadoras.
Republicanos quieren investigar a Obama: El origen de la controversia
La controversia comenzó cuando Gabbard desclasificó documentos relacionados con la investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016, en las que Trump derrotó a Hillary Clinton. Los documentos, publicados el 24 de julio, cuestionan la narrativa de que Vladimir Putin favoreció explícitamente a Trump, aunque confirman los intentos rusos de influir en los comicios. En 2020, el Comité de Inteligencia del Senado, entonces presidido por Marco Rubio, actual secretario de Estado, validó que Rusia buscó interferir, pero no alteró los resultados. Sin embargo, Trump y sus aliados, incluido el senador Josh Hawley, insisten en que los documentos señalan a Obama y su administración como orquestadores de un esfuerzo para vincular a Trump con Moscú.
Por su parte, Trump intensificó las acusaciones el 22 de julio, declarando que Obama cometió “traición” sin pruebas concretas. Un portavoz de Obama calificó la afirmación como un “intento débil de distracción”. En 2017, la comunidad de inteligencia de EE.UU. estimó que Rusia gastó 46 millones de dólares en campañas de desinformación, según un informe desclasificado, pero no encontró evidencia de colusión directa con la campaña de Trump. Los republicanos, sin embargo, buscan reabrir el caso, alegando que la investigación original encubrió irregularidades.
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Republicanos quieren investigar a Obama: Contexto político
La solicitud de un fiscal especial llega en un momento delicado para Trump, cuya administración enfrenta críticas por su manejo del caso Epstein, el financiero acusado de tráfico sexual que murió en 2019. En 2025, nuevos documentos judiciales han reavivado el escrutinio sobre las conexiones de Epstein con figuras públicas, incluyendo a Trump, aunque no hay cargos formales en su contra. Según un informe de 2024 de la Universidad de Georgetown, el 60% de los votantes republicanos ven la investigación de 2016 como un tema clave para movilizar su base de cara a las elecciones de 2026. Hawley, considerado un posible candidato presidencial, ha apoyado la investigación, afirmando que “la falta de rendición de cuentas es frustrante”.
Además, la presión sobre Obama coincide con la estrategia de Trump para consolidar su liderazgo. Desde su regreso a la Casa Blanca en 2025, ha impulsado políticas como aranceles del 30% a México y redadas migratorias, que han generado protestas en 15 ciudades, según la ACLU. Los senadores republicanos no han vinculado explícitamente la investigación con Epstein, pero el momento sugiere un esfuerzo para desviar la atención de temas sensibles. En 2023, el 45% de los estadounidenses creía que las investigaciones sobre la interferencia rusa eran políticamente motivadas, según una encuesta de Gallup.
Republicanos quieren investigar a Obama: Reacciones y perspectivas
La oficina de Obama respondió con firmeza, recordando que el informe bipartidista del Senado en 2020 respaldó la labor de la comunidad de inteligencia. “Estas acusaciones son recicladas y carecen de sustento”, afirmó el portavoz Kevin Lewis. Organizaciones como el Centro para el Progreso Americano han advertido que la investigación podría socavar la confianza en las instituciones, especialmente tras la desclasificación selectiva de documentos. En 2024, la Oficina de Inteligencia Nacional manejó 1,200 solicitudes de desclasificación, un aumento del 30% respecto a 2023, según datos internos.
Pese a todo, los republicanos insisten en la necesidad de un fiscal especial. Graham, en una entrevista el 24 de julio, afirmó que los documentos de Gabbard “levantan preguntas serias” sobre la conducta de la administración Obama. Mientras el debate crece, la solicitud de investigación podría polarizar aún más a los estadounidenses, con el 35% de los votantes independientes expresando escepticismo sobre la validez de las acusaciones, según una encuesta de Pew Research de julio de 2025. La Casa Blanca, por su parte, no ha comentado si el presidente Trump respaldará formalmente la solicitud.