Una maestra de primaria en Waco, Texas, identificada como Amber Escamilla, de 46 años, fue arrestada el 29 de abril de 2025 por presuntamente usar un silbato canino electrónico para controlar a un alumno autista de seis años, según el Departamento de Policía del Distrito Escolar Independiente de Waco. La docente, quien trabajaba en la Escuela Primaria Bell’s Hill, enfrenta cargos por causar lesiones a un menor o persona con discapacidad, un delito grave de tercer grado que podría resultar en hasta 10 años de prisión.
La investigación comenzó tras una denuncia de los Servicios de Protección Infantil, que alertaron sobre posible abuso. En X, hashtags como #WacoTeacher y #AutismAwareness reflejan la indignación de la comunidad, con usuarios exigiendo justicia para el menor, quien mostró signos de dolor al ser expuesto al silbato debido a su sensibilidad auditiva.
Escamilla, quien fue liberada tras pagar una fianza de 3,000 dólares el 30 de abril, según la Oficina del Sheriff del Condado de McLennan, ya no está empleada por el distrito escolar. Los padres del menor informaron que su hijo usaba protectores auditivos en la escuela por su alta sensibilidad a los sonidos.
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Según el affidavit de arresto, la madre del niño señaló que, desde inicios de 2024, su hijo llegaba a casa llorando, quejándose de dolores causados por lo que él creía eran alarmas contra incendios. La investigación reveló que Escamilla, con 10 años de experiencia docente, usó el silbato en el aula y en el patio, causando angustia visible al menor, quien cubría sus oídos y suplicaba que detuviera el sonido.
Testimonios clave en la investigación
El caso tomó fuerza tras el testimonio de una colega de Escamilla, quien en noviembre de 2024 vio a la docente mostrar el silbato en la sala de descanso, afirmando que lo usaba cuando el alumno “se ponía ruidoso” para que “se detuviera”, según registros del Departamento de Policía del Distrito Escolar. Otra testigo, en una declaración jurada del 28 de abril de 2025, describió haber entrado al aula de Escamilla en septiembre de 2024 y haberla visto usar el silbato dos veces contra el menor.
La testigo observó al niño cubriendo sus oídos, visiblemente angustiado, mientras pedía que parara. La Confederación de Educación de Texas señaló que el menor, debido a su autismo, es particularmente vulnerable a estímulos auditivos, lo que agravó el impacto del dispositivo. El silbato fue confiscado por la directora de la escuela en noviembre de 2024, tras las primeras quejas. Escamilla afirmó a los detectives que solo lo usó una vez en el patio y que lo mostraba como una “amenaza” para obtener obediencia, según el affidavit. Sin embargo, los testimonios contradicen su versión, indicando un uso repetitivo que causó daño al estudiante.
Reacciones de la comunidad educativa
Wendy Sledd, portavoz del Distrito Escolar Independiente de Waco, confirmó que Escamilla, quien trabajó menos de un año en la escuela, fue despedida tras el incidente. “Las acciones bajo revisión no reflejan los valores ni las expectativas que tenemos para nuestro personal”, afirmó Sledd, añadiendo que el distrito está comprometido con un entorno seguro para todos los estudiantes.
La Confederación de Educación de Texas destacó la importancia de capacitar a los docentes en el manejo de estudiantes con necesidades especiales, señalando que este caso subraya la necesidad de protocolos más estrictos. En X, padres y activistas por los derechos de personas con autismo han pedido reformas en las escuelas, incluyendo cámaras en aulas de educación especial y mayor supervisión. Algunos usuarios compartieron historias de sus propios hijos, destacando cómo la sensibilidad auditiva puede ser debilitante para niños autistas, lo que hace que el uso del silbato sea particularmente cruel.
Implicaciones legales y sociales en Texas
El caso de Escamilla ha avivado el debate sobre el trato a estudiantes con discapacidades en las escuelas públicas. La Oficina del Sheriff del Condado de McLennan informó que la investigación sigue en curso, con posibles cargos adicionales si se descubren más incidentes. La Confederación de Educación de Texas señaló que casos como este pueden erosionar la confianza de los padres en el sistema educativo, especialmente en comunidades donde los recursos para estudiantes con necesidades especiales son limitados.
En X, la comunidad de Waco ha expresado su apoyo al menor y su familia, con algunos organizando vigilias para concienciar sobre el autismo. Mientras tanto, los defensores de la educación especial instan a las autoridades a implementar medidas preventivas, como formación obligatoria para docentes y políticas claras contra el uso de dispositivos dañinos. El caso de Bell’s Hill sigue resonando, con la esperanza de que impulse cambios significativos en la protección de los estudiantes más vulnerables.