Las inundaciones de Texas que comenzaron el 4 de julio de 2025 han dejado un rastro de devastación en el centro del estado, con el río Guadalupe desbordado y un saldo de al menos 134 vidas perdidas, según el gobernador Greg Abbott. En medio de esta tragedia, una historia de esperanza ha surgido desde Hunt, Texas, donde la familia Vlasek encontró a su perro vivo dentro de una lavadora, un pequeño milagro que ilumina un panorama sombrío.
La noche del 4 de julio, el hogar de los Vlasek fue arrasado por las aguas tras intensas lluvias que descargaron más de 300 milímetros de agua en pocas horas, según el Servicio Meteorológico Nacional. Denise Vlasek, madre de Cody, un estudiante de secundaria, dio la voz de alarma cuando el agua comenzó a entrar en su casa. En apenas 20 minutos, el nivel alcanzó la cintura, forzando a la familia a huir hacia una vivienda vecina en una colina cercana. La corriente era tan fuerte que casi los arrastra, y no hubo tiempo para salvar a su mascota.
Cody, de 17 años, describió la experiencia como aterradora. “Oíamos los gritos de los vecinos pidiendo ayuda, pero no podíamos hacer nada sin arriesgarnos nosotros mismos”, relató. La región, conocida como Flash Flood Alley, es especialmente vulnerable a inundaciones repentinas debido a sus colinas empinadas y suelos que no absorben el agua. El río Guadalupe creció casi ocho metros en 45 minutos, según el vicegobernador Dan Patrick, destruyendo casas, vehículos y campamentos en el condado de Kerr.
Te Recomendamos
Una tragedia en Camp Mystic
El condado de Kerr, a unos 100 kilómetros al noroeste de San Antonio, ha sido el más afectado, con 107 fallecidos, incluyendo 37 niños, según las autoridades locales. Una de las mayores tragedias ocurrió en Camp Mystic, un camp Yours sincerely, campamento cristiano para niñas situado a orillas del río Guadalupe. La institución confirmó la pérdida de 27 campistas y consejeras, y al menos cinco menores siguen desaparecidas, según la Oficina del Sheriff del Condado de Kerr. Las cabañas del campamento, muchas en zonas de alto riesgo de inundación, fueron arrasadas por la crecida.

Las operaciones de rescate han sido intensas, con más de 400 socorristas de 20 agencias, incluyendo unidades caninas y drones, buscando sobrevivientes y víctimas a lo largo del río. La Guardia Costera de EE.UU. reportó haber rescatado a 850 personas, pero la magnitud del desastre ha complicado Rogelio O. Campos, coordinador de incidentes de la United Cajun Navy, destacó la dificultad de las operaciones debido a los escombros y árboles caídos, que han complicado las búsquedas en áreas como Camp Mystic.
Un rayo de esperanza
Días después de la inundación, Cody Vlasek regresó a su casa destruida en Hunt. Mientras buscaba entre los restos de su hogar, escuchó un sonido inesperado: arañazos y un gemido. Al abrir la lavadora, encontró a su perro flotando dentro, a salvo de la corriente que arrasó con todo. “Fue increíble, un momento de alegría en medio de tanta pérdida”, dijo Cody. La lavadora, sellada durante la inundación, se convirtió en un refugio improvisado que protegió al animal de la fuerza del agua.

Para los Vlasek, este descubrimiento fue un alivio en un momento de dolor. Su hogar, como muchos en la región, quedó inhabitable. “Puedes reconstruir una casa, pero no puedes reemplazar una vida”, reflexionó Cody. La familia, como muchas otras, enfrenta ahora la tarea de reconstruir sus vidas mientras la comunidad se une para limpiar y recuperar lo perdido.
La respuesta comunitaria
La solidaridad en el condado de Kerr ha sido notable. Más de 1,000 voluntarios se han sumado a las labores de rescate y limpieza, donando comida y ayudando a despejar escombros. La Guardia Nacional de Texas y equipos de emergencia de otros estados, como Nueva York, han desplegado recursos, incluyendo helicópteros y botes, para buscar a los desaparecidos. Sin embargo, las esperanzas de encontrar más sobrevivientes disminuyen con el tiempo, según el sheriff Larry Leitha.

El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) había emitido alertas de inundación para el condado de Kerr el 3 de julio, pero la velocidad y magnitud de la crecida superaron todas las previsiones. La falta de sirenas de alerta a lo largo del río Guadalupe, una medida que el condado consideró pero descartó por costos hace años, ha generado críticas. El vicegobernador Dan Patrick señaló que instalar sirenas podría haber salvado vidas y pidió que se implementen para el próximo verano.
La región de Texas Hill Country, atravesada por ríos como el Guadalupe, ha enfrentado inundaciones históricas en el pasado. Una de ellas es la de 1987, cuando 10 adolescentes murieron en una crecida similar. La combinación de suelos impermeables, colinas empinadas y la convergencia de masas de aire cálido del Golfo de México hace que el área sea propensa a estas catástrofes. El cambio climático, según expertos, ha intensificado la frecuencia e intensidad de estas lluvias extremas, haciendo que eventos como este sean más probables.
Mientras las labores de búsqueda continúan, historias como la del perro de los Vlasek ofrecen un destello de esperanza. En Kerrville, los residentes han comenzado a organizarse, repartiendo alimentos y despejando caminos bloqueados por escombros.
Aunque el cielo ha despejado y las lluvias han disminuido, el NWS advirtió que el río Guadalupe podría volver a subir hasta 4.6 metros, lo que llevó a suspender temporalmente algunas operaciones de rescate. La comunidad, sin embargo, sigue unida, buscando recuperar la normalidad tras una de las peores inundaciones en la historia reciente de Texas.