La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, anunció el 28 de abril la prohibición de celulares en las escuelas públicas del estado, que entrará en vigor a partir del año escolar 2025-2026. La medida, incluida en el presupuesto estatal de 254 mil millones de dólares, establece un veto “de campana a campana” para restringir el uso de teléfonos móviles durante toda la jornada escolar, incluyendo clases, recreos y almuerzos.
Según la oficina de la gobernadora, la normativa busca combatir las distracciones causadas por las redes sociales y mejorar la salud mental de los estudiantes. Nueva York se convierte así en el quinto estado de Estados Unidos en implementar una restricción de este tipo, uniéndose a Arkansas, Louisiana, Virginia y Carolina del Sur, según el Departamento de Educación de EE.UU. Los distritos escolares tendrán flexibilidad para decidir cómo implementar la prohibición, con excepciones para estudiantes que requieran dispositivos por motivos médicos, discapacidades de aprendizaje o necesidades de traducción.
Una medida contra las distracciones
La iniciativa responde a crecientes preocupaciones sobre el impacto de los teléfonos móviles en el rendimiento académico y el bienestar emocional de los estudiantes. Hochul, en una conferencia de prensa en Albany, destacó que los celulares generan hasta 250 notificaciones diarias en promedio por estudiante, según datos del Departamento de Educación estatal. La prohibición abarca dispositivos con conexión a internet, como smartphones, tabletas y relojes inteligentes, pero permite el uso de teléfonos básicos sin acceso a la red y dispositivos proporcionados por las escuelas para fines educativos.
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La medida cuenta con el respaldo de la Federación Unida de Maestros (UFT) y la Asociación de Maestros del Estado de Nueva York (NYSUT), que han señalado que los celulares son una fuente constante de interrupciones en las aulas. Sin embargo, la implementación plantea desafíos logísticos, ya que cada uno de los 700 distritos escolares del estado deberá diseñar su propio sistema para almacenar los dispositivos, con un presupuesto estatal de 13.5 millones de dólares asignado para financiar soluciones como bolsas de bloqueo magnético o casilleros.
Prohibición de celulares: flexibilidad y excepciones
La normativa otorga a los distritos escolares autonomía para determinar cómo gestionar los teléfonos durante el día escolar. Entre las opciones propuestas por la oficina de Hochul están el almacenamiento en casilleros seguros, el uso de bolsas de bloqueo magnético que impiden el acceso al dispositivo hasta el final de la jornada, y la entrega supervisada de celulares al personal escolar al inicio del día.
Las escuelas también deberán garantizar que los padres puedan contactar a sus hijos en caso de emergencia, un punto crítico tras las preocupaciones expresadas por familias durante el debate de la propuesta. El Departamento de Educación estatal aclaró que los estudiantes con necesidades especiales, como aquellos que dependen de aplicaciones de traducción o dispositivos médicos, estarán exentos de la prohibición. En Nueva York, 350 escuelas ya cuentan con restricciones locales, muchas de las cuales utilizan sistemas como pouches Yondr, según el Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York. Estas experiencias servirán como referencia para estandarizar la aplicación de la medida a nivel estatal.
Reacciones y desafíos
A pesar del apoyo de los sindicatos de maestros, la prohibición ha generado resistencia entre algunos padres, quienes argumentan que los celulares son esenciales para mantenerse en contacto con sus hijos, especialmente en situaciones de emergencia como tiroteos escolares. La oficina de la gobernadora respondió que la presencia de teléfonos puede complicar la respuesta a crisis, citando a expertos en seguridad escolar que indican que los estudiantes distraídos por sus dispositivos son menos capaces de seguir protocolos de seguridad.
La Asociación de Juntas Escolares del Estado de Nueva York expresó que, aunque reconocen los problemas de los celulares, prefieren que las políticas se definan a nivel local. En Long Island, por ejemplo, distritos como Patchogue-Medford ya han implementado restricciones que prohíben el uso de celulares en clases, con resultados positivos en la reducción de distracciones, según el superintendente local. Los padres interesados en conocer más detalles sobre la implementación pueden consultar el sitio oficial del Departamento de Educación del estado.
La prohibición de celulares en Nueva York marca un paso significativo en el esfuerzo por crear entornos educativos más enfocados, pero su éxito dependerá de la capacidad de los distritos para equilibrar las necesidades de seguridad, comunicación y aprendizaje. Mientras las escuelas se preparan para el próximo año escolar, la medida sigue generando debate entre familias, educadores y autoridades, con la esperanza de que los estudiantes puedan beneficiarse de un ambiente libre de distracciones tecnológicas.