La empresa del helicóptero siniestrado en el Hudson ya había tenido un accidente en 2013
El 10 de abril de 2025, un helicóptero turístico Bell 206L-4 LongRanger IV, operado por New York Helicopter, se estrelló en el río Hudson, causando la muerte de seis personas: una familia española de cinco miembros y el piloto. Este trágico suceso ha puesto en el centro de atención a la empresa operadora, que ya había estado involucrada en un incidente similar en 2013.
Un historial preocupante
En 2013, un helicóptero de la misma compañía realizó un aterrizaje de emergencia en el río Hudson mientras transportaba a cuatro turistas suecos. Afortunadamente, en esa ocasión no hubo víctimas mortales. El director ejecutivo de la empresa, Michael Roth, declaró entonces que la aeronave se sometía a inspecciones rutinarias diarias, pero que no tenía «ni idea de por qué» el helicóptero se había averiado en pleno vuelo.
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Detalles del accidente de 2025
El helicóptero despegó del helipuerto de Downtown Manhattan en su sexto vuelo del día. A los 18 minutos de vuelo, sufrió una ruptura en pleno aire, provocando que cayera en un ángulo de 45 grados y se estrellara boca abajo en el río Hudson cerca de Newport, Nueva Jersey. Cuatro personas murieron en el lugar del accidente, mientras que otras dos fallecieron a causa de sus heridas en un hospital.
Las víctimas
Entre las víctimas se encontraban Agustín Escobar Cañadas, director ejecutivo de una división de Siemens en España; su esposa, Mercè Camprubí Montal, gerente de marketing global en Siemens Energy; y sus tres hijos. La familia había viajado a Nueva York para conmemorar el noveno cumpleaños de su hija. El piloto, Sean Johnson, era un veterano de la Marina de EE. UU. que recientemente se había trasladado a Nueva York para seguir su carrera en la aviación.
Reacciones y medidas posteriores
La tragedia ha reavivado el debate sobre la regulación de vuelos en helicóptero no esenciales en Nueva York. Organizaciones sin ánimo de lucro y políticos locales han pedido prohibir estos vuelos, que suman aproximadamente 80,000 al año en el área metropolitana de Nueva York. Argumentan que estos vuelos son demasiado arriesgados en la ciudad más densamente poblada de EE. UU.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte y la Administración Federal de Aviación están investigando la causa del accidente, enfocándose en la aeronave, el operador y las credenciales del piloto. Mientras tanto, New York Helicopter ha suspendido sus operaciones.
Este trágico suceso subraya la necesidad de una revisión exhaustiva de las operaciones de vuelos turísticos en áreas urbanas densamente pobladas y plantea interrogantes sobre la seguridad y la regulación de estas actividades.