EE.UU. y Reino Unido sellan alianza comercial: Trump rompe el hielo post-aranceles
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro británico, Keir Starmer, anunciaron el 8 de mayo de 2025 un nuevo acuerdo comercial bilateral, marcando el primer pacto significativo desde que Trump impuso aranceles generalizados el mes anterior. Este acuerdo busca fortalecer los lazos económicos entre ambos países y aliviar algunas de las tensiones provocadas por las recientes políticas arancelarias.
Principales términos del acuerdo
El acuerdo mantiene un arancel base del 10% sobre la mayoría de los productos británicos importados a EE.UU., pero introduce exenciones clave:
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Se permitirá la importación de hasta 100,000 vehículos británicos anualmente con un arancel reducido del 10%, en lugar del 25% impuesto a otros países.
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Se eliminan los aranceles sobre el acero y aluminio británicos, facilitando la exportación de estos productos a EE.UU.
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Rolls-Royce podrá exportar motores y componentes aeroespaciales sin aranceles.
Por su parte, el Reino Unido acordó reducir sus aranceles promedio del 5.1% al 1.8% para productos estadounidenses, incluyendo etanol, carne de res, productos químicos y maquinaria industrial. Además, se comprometió a eliminar barreras no arancelarias y agilizar los procedimientos aduaneros para las exportaciones de EE.UU.
Reacciones y perspectivas económicas
El secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, estimó que el acuerdo abrirá oportunidades de mercado por valor de $5 mil millones para los exportadores estadounidenses. Trump describió el pacto como «un gran avance» y un modelo para futuros acuerdos bilaterales. Starmer, participando por videoconferencia, lo calificó como «un día realmente histórico» para ambos países.
Los mercados financieros reaccionaron positivamente al anuncio. El índice FTSE 100 del Reino Unido experimentó un ligero aumento, mientras que el dólar estadounidense se fortaleció frente a la libra esterlina. Los analistas ven el acuerdo como un paso hacia la estabilización de las relaciones comerciales transatlánticas.
Implicaciones políticas y estratégicas
Este acuerdo representa un cambio en la estrategia comercial de la administración Trump, que previamente había adoptado una postura más proteccionista. Al buscar acuerdos bilaterales, EE.UU. parece estar adoptando un enfoque más pragmático para resolver disputas comerciales. Para el Reino Unido, el pacto ofrece una oportunidad de diversificar sus relaciones comerciales post-Brexit y fortalecer su economía.
Críticas y desafíos pendientes
A pesar de los aspectos positivos, el acuerdo ha recibido críticas. Algunos sectores industriales en ambos países expresan preocupación por la falta de detalles en ciertas áreas clave, como la industria farmacéutica y la protección de datos. Además, organizaciones agrícolas británicas temen que la apertura a productos estadounidenses pueda afectar los estándares alimentarios y la competencia local.
Próximos pasos y negociaciones futuras
Ambos gobiernos han indicado que este acuerdo es solo el comienzo de una serie de negociaciones destinadas a fortalecer aún más los lazos comerciales. Se espera que en las próximas semanas se aborden temas pendientes y se detallen aspectos específicos del pacto. Además, EE.UU. continúa conversaciones con otros socios comerciales, incluidos India y Japón, en busca de acuerdos similares.