El presidente Donald Trump ha expresado una aparente contradicción sobre el rumbo económico de Estados Unidos al afirmar que prefiere un dólar fuerte, pero que un dólar débil “te hace ganar muchísimo más dinero”. Esta declaración, realizada el viernes 25 de julio durante una conversación con periodistas, ha generado confusión entre analistas e inversionistas sobre la verdadera postura de Trump frente a la política monetaria del país.
Trump dice que un dólar débil impulsa a los fabricantes
Durante sus declaraciones, Trump aclaró que, aunque no apoyaría explícitamente una moneda débil, reconoce los beneficios que esta podría tener para la economía, especialmente en el sector manufacturero. “Cuando tenemos un dólar fuerte, pasa una cosa, suena bien, pero no haces turismo. No puedes vender fábricas, no puedes vender camiones, no puedes vender nada”, indicó. “Un dólar débil, por otro lado, te hace ganar muchísimo más dinero”.
Entre las empresas que Trump señaló como beneficiadas por un dólar más bajo figura Caterpillar Inc., fabricante de maquinaria pesada que obtiene buena parte de sus ingresos en mercados internacionales. Al vender en dólares, una moneda más barata permite a estas compañías ser más competitivas frente a sus rivales extranjeras.
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Trump on the weakening US dollar: «A weak dollar makes you a hell of a lot more money.» pic.twitter.com/jacVz5PoCO
— Aaron Rupar (@atrupar) July 25, 2025
Estas declaraciones llegan en un momento en el que el índice Bloomberg del dólar al contado ha caído casi 8,5% en lo que va del año, lo que refleja la preocupación de los inversionistas ante la política económica del presidente, especialmente en lo relacionado con los aranceles a los socios comerciales.
Trump dice que no le preocupa la caída del dólar
Pese a esta fuerte caída, Trump minimizó el impacto negativo de la debilidad del billete verde. Cuando se le preguntó directamente si le preocupaba la depreciación de la moneda, respondió: “Soy una persona a la que le gusta un dólar fuerte… pero no me quita el sueño, digámoslo así”.
Para Trump, los beneficios que una moneda más baja genera para el sector industrial compensan con creces los efectos negativos. Además, insistió en que la inflación ya no es un problema para su administración: “Es bueno para la inflación, eso es todo. Y nosotros no tenemos inflación. Hemos acabado con la inflación”.
Estas afirmaciones contradicen las preocupaciones de muchos economistas que advierten que una moneda débil puede elevar el precio de las importaciones y, por lo tanto, presionar al alza los precios al consumidor. Sin embargo, Trump ha sostenido que su política arancelaria y las negociaciones comerciales mantendrán el equilibrio económico.
Imagen referencial de dólares. Foto: X/@TheLastWord
Política comercial y fluctuaciones del dólar
La caída del dólar no puede analizarse sin considerar la política arancelaria de Trump. En abril, el presidente anunció un nuevo paquete de aranceles a países socios, pero decidió suspenderlos por 90 días debido a la inestabilidad en los mercados. Sin embargo, tras un periodo de negociaciones con pocos avances, amplió la prórroga hasta el 1 de agosto. En sus más recientes intervenciones, ha advertido a los países afectados sobre los aranceles específicos que entrarán en vigor si no se alcanzan acuerdos.
A pesar de estas advertencias, el mercado ha respondido con desconfianza. La falta de señales claras sobre si Trump realmente desea fortalecer o debilitar el dólar ha derivado en lo que analistas de Bloomberg llaman una narrativa de “Sell America”, en la que los inversionistas perciben que la administración está permitiendo —o incluso favoreciendo— la depreciación del dólar.
Esta estrategia podría tener un objetivo claro: mejorar la competitividad de los productos estadounidenses en el extranjero y reducir el déficit comercial. Sin embargo, también conlleva riesgos, como una menor confianza internacional en la economía de EE.UU. y la posibilidad de represalias por parte de sus socios comerciales.

Una persona muestra un billete estadounidense en la ciudad de Guadalajara, en Jalisco (México). EFE/ Francisco Guasco
Trump dice que tener un dólar fuerte “suena bien” pero no es rentable
En más de una ocasión, Trump ha defendido públicamente que un dólar fuerte proyecta estabilidad, aunque ha reconocido que puede frenar el crecimiento de sectores clave de la economía. “Suena bien”, dijo sobre un dólar fuerte, pero insistió en que dificulta la venta de productos estadounidenses, desde vehículos hasta maquinaria industrial.
Este discurso apunta a un enfoque pragmático que favorece a la industria nacional. Para Trump, un dólar débil facilita el comercio, aumenta las exportaciones y fortalece el empleo en el sector manufacturero. A diferencia de administraciones anteriores que han defendido la fortaleza del dólar como símbolo del liderazgo económico de EE.UU., Trump adopta un enfoque más flexible, centrado en los resultados económicos internos más que en la imagen global del país.
No obstante, su insistencia en decir que “nunca respaldaría” un dólar débil, mientras simultáneamente destaca sus beneficios, ha generado dudas sobre cuál será realmente la política monetaria bajo su liderazgo si regresa a la Casa Blanca.