El presidente Donald Trump dio a conocer el 2 de mayo de 2025 su propuesta de presupuesto 2026, un plan de 1.7 billones de dólares que recorta 163 mil millones en gasto discrecional no relacionado con defensa, afectando programas de salud, educación y energía limpia, mientras incrementa significativamente el gasto militar en un 13%, alcanzando los 1.01 billones de dólares. La Oficina de Administración y Presupuesto (OMB), liderada por Russell Vought, envió el documento de 40 páginas al Congreso, donde enfrenta un panorama complicado debido a la necesidad de apoyo bipartidista para su aprobación.
La propuesta, descrita como un “presupuesto flaco” por su enfoque en prioridades selectas, refleja la visión de Trump de fortalecer la seguridad nacional y fronteriza, pero ha generado críticas por sus recortes a servicios esenciales. La senadora Susan Collins, presidenta del Comité de Apropiaciones del Senado, expresó “serias objeciones” a las reducciones en programas como el de asistencia energética para hogares de bajos ingresos (LIHEAP) y la investigación biomédica.
Este plan propone una reducción del 23% en el gasto discrecional no relacionado con defensa, equivalente a 557 mil millones de dólares, afectando agencias como el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), que enfrenta un recorte de 40 mil millones, aproximadamente un tercio de su presupuesto discrecional. Programas como Head Start, que ofrece educación y cuidado infantil a familias de bajos ingresos, serían eliminados, según un borrador preliminar de la OMB.
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Por otro lado, el Pentágono recibiría un aumento de 113.3 mil millones, y el Departamento de Seguridad Nacional vería un incremento del 65%, con 43.8 mil millones adicionales para reforzar la seguridad fronteriza. Además, se destinan 500 millones al programa “Make America Healthy Again” (MAHA) del secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., enfocado en promover nutrición y ejercicio.
Impacto en salud y educación
Los recortes propuestos afectan severamente al sector salud. El Instituto Nacional de Salud (NIH) enfrentaría una reducción de más del 40%, pasando de 47 mil millones a 26.7 mil millones, lo que implicaría consolidar sus 27 institutos en solo ocho, eliminando centros dedicados a la investigación en salud de minorías y medicina alternativa. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) también sufriría un recorte del 43%, perdiendo programas clave como la prevención de lesiones por armas de fuego y el monitoreo de enfermedades crónicas.
La OMB justifica estas medidas como un esfuerzo para eliminar burocracia y programas considerados “desperdiciados”. En educación, el presupuesto elimina 12 mil millones en fondos, afectando iniciativas como TRIO, que apoya a estudiantes de bajos ingresos, y subvenciones para el desarrollo preescolar. Estas decisiones han generado preocupación en comunidades que dependen de estos servicios, especialmente en áreas rurales y urbanas de bajos ingresos. En contraste, el presupuesto 2026 prioriza iniciativas alineadas con la agenda de Trump.
La creación de la Administración para una América Saludable (AHA), con un presupuesto de 20 mil millones, busca consolidar programas de salud bajo un enfoque más eficiente, según la OMB. Sin embargo, la eliminación de agencias como la Administración para la Prevención de Abuso de Sustancias y Salud Mental plantea interrogantes sobre cómo se abordarán problemas como la crisis de opioides. En redes sociales como X, usuarios han criticado los recortes, con hashtags como #TrumpBudget y #SaveHealthcare trending en Estados Unidos, reflejando el descontento de quienes ven en estas medidas un retroceso en el acceso a servicios esenciales.
Aumento en defensa y seguridad
El incremento del 13% en el gasto militar es uno de los pilares, llevando el presupuesto del Pentágono a más de 1 billón de dólares, una cifra récord. Este aumento, que incluye 113.3 mil millones adicionales, se destinará a modernizar armamento, financiar operaciones en la frontera sur y desarrollar tecnologías como drones y submarinos, según un memorando del secretario de Defensa, Pete Hegseth.
La propuesta exime de recortes 17 categorías, incluyendo la modernización de armas nucleares y la construcción de barcos de guerra. Sin embargo, el plan enfrenta resistencia interna, ya que Hegseth había ordenado previamente una reducción del 8% anual en el presupuesto de defensa durante cinco años, lo que generó confusión entre los líderes militares. La seguridad fronteriza también recibe un impulso significativo, con el Departamento de Seguridad Nacional obteniendo un aumento del 65% para financiar operativos de deportación masiva y reforzar la vigilancia en la frontera con México.
Estas medidas responden a las promesas de campaña de Trump de priorizar la seguridad nacional, pero han sido criticadas por demócratas como el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, quien calificó el presupuesto como “una traición a los trabajadores”. La OMB defiende los incrementos, argumentando que son esenciales para “restaurar la fuerza de la nación” en un contexto de amenazas globales.
Presupuesto 2026: Desafíos en el Congreso
Aunque el presupuesto para el próximo año refleja las prioridades de Trump, su aprobación no está garantizada. El Congreso, liderado por republicanos, debe negociar con demócratas para aprobar el gasto, ya que la legislación requiere 60 votos en el Senado para superar el filibuster. La fecha límite para evitar un cierre parcial del gobierno es el 30 de septiembre de 2025, tras la extensión de fondos aprobada en marzo.
La propuesta también se alinea con los esfuerzos del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por Elon Musk, que ha impulsado despidos masivos y la eliminación de programas considerados “innecesarios”. Sin embargo, la resistencia de legisladores como Collins y el exlíder republicano Mitch McConnell, quien criticó la congelación del gasto militar, podría complicar las negociaciones.
A medida que el debate avanza, el presupuesto para 2026 sigue generando polarización. Mientras algunos ven en él un paso hacia la eficiencia fiscal, otros advierten sobre sus impactos en comunidades vulnerables. Las próximas semanas serán cruciales para determinar cómo el Congreso aborda esta propuesta, que busca redefinir el papel del gobierno federal en la vida de los estadounidenses.
