La confianza del consumidor en Estados Unidos cayó por quinto mes consecutivo, alcanzando en abril su nivel más bajo desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Según informó The Conference Board este martes, el índice retrocedió 7,9 puntos, situándose en 86. Esta cifra no se veía desde mayo de 2020 y evidencia un deterioro notable del ánimo de los estadounidenses frente a la economía.
Una parte importante de este pesimismo proviene de la preocupación generalizada por el impacto de los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump, que han elevado la percepción de riesgo sobre el crecimiento futuro. Al mismo tiempo, crece el temor a una recesión: aproximadamente la mitad de los encuestados expresó inquietud ante esa posibilidad.
La confianza del consumidor en Estados Unidos se ve golpeada por los aranceles
El informe de The Conference Board también reveló una caída significativa en el subíndice de expectativas, que mide el sentimiento de los consumidores sobre ingresos, condiciones empresariales y el mercado laboral en los próximos seis meses. Este indicador se desplomó 12,5 puntos hasta ubicarse en 54,4, su punto más bajo en más de 13 años. Una lectura inferior a 80, según los economistas, suele anticipar una recesión.
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Casi un tercio de los consumidores cree que la contratación se desacelerará próximamente. Ese nivel de escepticismo es comparable al de abril de 2009, cuando Estados Unidos atravesaba el punto más álgido de la Gran Recesión. En esta ocasión, los aranceles parecen ser el catalizador. El encarecimiento de bienes importados ha generado inquietud no solo entre los hogares de menores ingresos, sino también entre los más acomodados.
La caída de la confianza no ha sido homogénea: fue más pronunciada entre los hogares que ganan más de 125.000 dólares anuales y entre adultos de 35 a 55 años, una franja clave en el consumo y en la fuerza laboral. Este fenómeno también podría estar vinculado al desempeño volátil de los mercados financieros en lo que va del año.
Mercados en retroceso y nerviosismo entre inversionistas
Pese a una leve recuperación de los principales índices bursátiles en la última semana, el S&P 500 acumula una pérdida del 6 % en lo que va de 2025. El Dow Jones cae un 5 % y el Nasdaq, altamente dependiente del crecimiento tecnológico, se ha desplomado un 10 %. Estas cifras reflejan una desconfianza más amplia entre inversionistas e instituciones financieras.
El nerviosismo de Wall Street, sumado a las presiones inflacionarias y a las señales mixtas sobre la política monetaria, agrava la percepción de incertidumbre. Si bien la Reserva Federal ha mantenido un enfoque prudente, los mercados temen que nuevos ajustes en las tasas de interés puedan frenar aún más la actividad económica.
Fotografía de archivo de paneles que muestran el desarrollo del mercado en la Bolsa de Nueva York, Estados Unidos. EFE/ Justin Lane
Expectativas sobre el crecimiento y el empleo en Estados Unidos
La evolución de la confianza del consumidor en Estados Unidos será clave para anticipar el comportamiento de la economía durante el resto del año. Este miércoles se espera que el Gobierno publique los datos del Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre. Analistas proyectan una desaceleración importante tras una temporada navideña fuerte, debido al ajuste en el gasto de los hogares.
El viernes, por su parte, el Departamento de Trabajo presentará su informe mensual sobre empleo. Aunque los pronósticos apuntan a un crecimiento moderado en la generación de puestos de trabajo, algunos economistas advierten sobre una posible contracción si el pesimismo de los consumidores se traduce en menos consumo y menor demanda de mano de obra.
Además de los factores internos, el contexto global también juega un papel importante. La tensión comercial con China y otras potencias ha elevado los costos para muchas empresas estadounidenses, que ahora enfrentan dificultades para mantener precios competitivos sin afectar sus márgenes.
Foto: Pixabay
¿Qué puede implicar esta baja en la confianza del consumidor en Estados Unidos?
La confianza del consumidor en Estados Unidos es un indicador central para entender la evolución económica, ya que el gasto de los hogares representa cerca del 70 % del PIB nacional. Si los consumidores dejan de gastar por temor al desempleo o por una percepción negativa del futuro, se puede desencadenar un efecto dominó en toda la economía: menos ventas, menos producción y eventualmente, más despidos.
Por ahora, las autoridades mantienen el optimismo, asegurando que la economía aún muestra fundamentos sólidos. No obstante, si la caída en la confianza continúa, los sectores minorista e industrial podrían comenzar a ajustar sus planes de inversión y contratación, lo que a su vez podría agravar los temores actuales.
El panorama para los próximos meses dependerá en gran medida de cómo reaccionen tanto los consumidores como el Gobierno ante este nuevo escenario. La evolución de los indicadores económicos, las decisiones políticas sobre comercio y la estabilidad de los mercados serán factores determinantes para revertir —o acentuar— la actual tendencia.