La red de centros de detención de inmigrantes en Estados Unidos, considerada la más grande del mundo, opera en múltiples estados, albergando a decenas de miles de personas mientras enfrentan procesos migratorios o deportaciones. Según datos de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), al 12 de enero de 2025, había 39,703 adultos detenidos en más de 100 instalaciones a nivel nacional.
Estos centros de detención están distribuidos estratégicamente, con una concentración notable en estados del suroeste y sureste, como Texas, Louisiana, California, Arizona y Georgia. La política migratoria, especialmente bajo la administración de Donald Trump en 2025, ha intensificado el uso de estas instalaciones, generando debates sobre condiciones, derechos humanos y el rol de empresas privadas en su gestión.
Texas lidera con el mayor número de centros de detención, albergando 21 instalaciones que incluyen el South Texas ICE Processing Center en Pearsall, uno de los más grandes del país con más de 1,500 detenidos. Louisiana, con nueve centros, sigue de cerca, destacando el Adams County Detention Center en Natchez, Mississippi, que opera bajo contrato con ICE, aunque técnicamente sirve a migrantes trasladados desde Louisiana. California también figura prominentemente, con instalaciones como el Otay Mesa Detention Center en San Diego, gestionado por la empresa privada CoreCivic. Arizona y Georgia completan los cinco estados con mayor población detenida, con centros como el Florence Service Processing Center y el Stewart Detention Center en Lumpkin, respectivamente.
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La Oficina de Estadísticas de Seguridad Nacional reporta que el 86% de los detenidos están en instalaciones operadas por compañías privadas, como GEO Group y CoreCivic, lo que ha generado críticas por posibles conflictos de interés y condiciones inadecuadas. “Estamos comprometidos con garantizar entornos seguros y humanos para todos en custodia”, afirmó un portavoz de ICE, aunque organizaciones como la ACLU han señalado problemas persistentes, incluyendo atención médica deficiente y hacinamiento.
Centros de detención en el suroeste: Texas y Arizona
En Texas, la reapertura del South Texas Family Residential Center en Dilley, programada para 2025, permitirá albergar hasta 2,400 personas, incluyendo familias migrantes. Esta decisión, impulsada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), responde a la creciente demanda de camas tras las políticas de deportación de Trump. Arizona, por su parte, opera centros clave como el Eloy Detention Center, que tiene capacidad para más de 1,500 personas. Estos estados, cercanos a la frontera con México, son puntos estratégicos para procesar a migrantes detenidos en cruces fronterizos, según el DHS.
La Oficina del Inspector General del DHS ha destacado que los centros de detención en estas regiones enfrentan desafíos logísticos debido al alto volumen de detenidos. En 2024, por ejemplo, el Karnes County Detention Facility en Texas comenzó a recibir familias nuevamente, marcando un cambio tras años de críticas por las condiciones para menores. Las autoridades locales, como el gobernador Greg Abbott, han apoyado estas expansiones, argumentando que fortalecen la seguridad fronteriza.
Centros de detención en el sureste: Georgia y Louisiana
En el sureste, Georgia y Louisiana destacan por su capacidad de detención. El Stewart Detention Center en Georgia, operado por CoreCivic, es uno de los más grandes, con una población promedio de 1,600 detenidos. Louisiana, con instalaciones como el Central Louisiana ICE Processing Center en Jena, ha visto un aumento en el número de migrantes trasladados desde otros estados, según datos de ICE. En febrero de 2025, Louisiana albergaba a casi 7,000 personas en sus nueve centros, todos gestionados por empresas privadas.
El Departamento de Justicia ha enfatizado la necesidad de mejorar la supervisión en estas instalaciones tras reportes de abusos. “Estamos trabajando para garantizar el cumplimiento de los estándares nacionales de detención”, señaló un portavoz del DHS. Sin embargo, casos como el del Torrance County Detention Facility en Nuevo México, donde se reportaron condiciones insalubres en 2022, han avivado el debate sobre la privatización.
Otros estados con centros de detención relevantes
Más allá de los líderes, estados como Florida, Nueva Jersey y Washington también albergan centros de detención significativos. En Florida, el Krome Service Processing Center en Miami procesa a cientos de migrantes mensualmente. Nueva Jersey mantiene el Elizabeth Contract Detention Facility, que duplicó su población a 270 detenidos en 2025 tras resistir intentos de cierre. En Washington, el Northwest ICE Processing Center en Tacoma es un punto focal para la región noroeste.
La distribución de estos centros refleja necesidades operativas y políticas, pero también plantea preguntas sobre accesibilidad para familias y abogados, dado que muchos están en áreas remotas. La Oficina de Derechos Civiles y Libertades Civiles del DHS ha recibido quejas sobre la falta de servicios de interpretación y acceso legal, problemas que persisten en estados con menos recursos comunitarios.
Por ahora, los centros de detención siguen siendo un pilar de la política migratoria de EE. UU., con estados como Texas, Louisiana y California a la cabeza. Mientras ICE planea expandir su capacidad, la discusión sobre cómo equilibrar seguridad, humanidad y eficiencia continúa, marcando un desafío clave para 2025.