Un trágico suceso ha conmocionado a la comunidad de Loris, en el condado de Horry, Carolina del Sur. El viernes por la noche, las autoridades encontraron el cuerpo sin vida de un hombre de 52 años dentro de un recinto que albergaba canguros y ualabíes en una granja ubicada en la autopista 746. La víctima, identificada como Eric Slate, era familiar del propietario de los animales.
Según el informe preliminar de la Oficina del Sheriff del Condado de Horry, el cuerpo de Slate presentaba múltiples traumatismos por fuerza contundente. Aunque inicialmente no se especificó cuál de los animales fue responsable del ataque, posteriormente un funcionario del condado confirmó la implicación directa de un canguro en el incidente.
El propietario de la granja, Robert Slate, emitió un comunicado expresando su pesar por la tragedia y solicitando respeto y apoyo para la familia en este difícil momento. Asimismo, aseguró que todos los animales se encuentran contenidos y que el recinto no presentó fallas de seguridad.
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La Oficina del Forense del Condado de Horry ha ordenado una autopsia para determinar la causa exacta de la muerte. Las autoridades continúan investigando las circunstancias del incidente y han confirmado que todos los animales en la propiedad están contabilizados y contenidos.
Los canguros y ualabíes son marsupiales nativos de Australia y Nueva Guinea. Aunque generalmente no son agresivos, pueden representar un peligro si se sienten amenazados o si están en celo. Los canguros, en particular, poseen extremidades fuertes y pueden causar lesiones graves con sus patas traseras.
Canguros en Carolina del Sur: reacciones de la comunidad
La noticia ha generado conmoción en la comunidad local y ha reavivado el debate sobre la tenencia de animales exóticos en propiedades privadas. Mientras algunos residentes expresan su preocupación por la seguridad, otros destacan la importancia de respetar las regulaciones y garantizar el bienestar tanto de los animales como de las personas.
¿Qué hacer en caso de toparse con canguros o especies similares?
Aunque los canguros y ualabíes son especies generalmente consideradas pacíficas, pueden volverse agresivas si se sienten acorraladas, amenazadas o están protegiendo su territorio. La mayoría de estos animales son nativos de Australia, pero también pueden encontrarse en zoológicos, reservas y propiedades privadas fuera de su hábitat natural, como ocurrió en el caso reciente en Carolina del Sur. Saber cómo comportarse ante ellos puede prevenir situaciones peligrosas.
1. Mantener la distancia
El consejo más importante es no acercarse. Los canguros tienen una visión panorámica y son conscientes del entorno. Si te topas con uno en libertad o en una granja, quédate a una distancia segura (al menos 5 metros) y observa su comportamiento. Si el animal está tranquilo, no hagas movimientos bruscos ni intentes tocarlo.
2. No hacer contacto visual directo ni girar la espalda
El contacto visual prolongado puede percibirse como una amenaza. En cambio, mantén la calma y observa de reojo. Tampoco des la espalda al animal: retrocede lentamente sin girarte, manteniendo una postura neutral.
3. No alimentarlos ni provocarlos
Ofrecer comida a canguros o ualabíes puede hacer que se acerquen más de lo recomendable. Además, acostumbrarlos a los humanos puede generar comportamientos agresivos si se frustran por no recibir alimento. Nunca intentes acariciarlos ni imitarlos.
4. Qué hacer si te ataca un canguro
Aunque es poco común, si un canguro se pone en posición de ataque (recostado sobre la cola, patas delanteras alzadas), es mejor colocarse detrás de un objeto (como un árbol o un poste) para bloquear sus golpes. No intentes pelear; algunos expertos australianos recomiendan agacharse para parecer menos amenazante o incluso hacerse el muerto si el ataque es inevitable.
5. Reportar a las autoridades locales
Si ves a uno de estos animales fuera de su recinto o en lugares no autorizados, informa a servicios de fauna o protección animal. Nunca intentes capturarlos por cuenta propia.
En resumen, actuar con prudencia y respeto por su naturaleza es clave para evitar riesgos tanto para el ser humano como para el animal.