El narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero, acusado de liderar el Cártel de Guadalajara y de estar detrás del asesinato del agente de la DEA Enrique «Kiki» Camarena en 1985, enfrenta un momento crítico en su proceso judicial en Estados Unidos.
Este miércoles, el juez federal Frederic Block, en una audiencia en la corte de Brooklyn, dio un plazo de 90 días a los fiscales para decidir si buscarán la pena de muerte contra Caro Quintero, quien se ha declarado no culpable de los cargos que incluyen liderar una empresa criminal continua y conspiración para el tráfico de drogas. La decisión ha reavivado el interés en un caso que lleva décadas marcando las relaciones entre México y EE.UU.
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Caro Quintero, de 72 años, fue expulsado de México el pasado 27 de febrero junto con otros 28 líderes del crimen organizado, en un movimiento del gobierno mexicano para evitar aranceles del 25% impuestos por la administración de Donald Trump.
A diferencia de una extradición formal, esta expulsión no incluyó garantías de que no enfrentaría la pena capital, una condición que México suele exigir. La fiscal Saritha Komatireddy confirmó en la audiencia que la pena de muerte es una posibilidad, aunque aún no se ha tomado una decisión definitiva. «El proceso está en curso», señaló Komatireddy, mientras decenas de agentes de la DEA observaban desde la sala.
El caso de Caro Quintero ha sido emblemático desde que se le acusó de ordenar el secuestro, tortura y asesinato de Camarena, un agente que investigaba las operaciones del Cártel de Guadalajara. Tras pasar 28 años en prisión en México, fue liberado en 2013 por un tecnicismo judicial, lo que generó indignación en EE.UU. En 2022, fue recapturado por la Marina mexicana y, finalmente, enviado a Nueva York para enfrentar cargos que podrían llevarlo a una sentencia de cadena perpetua o incluso a la ejecución.
Caro Quintero: 90 Días para una decisión histórica
El plazo de 90 días dado a los fiscales para decidir sobre la pena de muerte de Caro Quintero marca un momento crucial en este caso. El juez Block también asignó a Elizabeth Macedonio, una abogada con experiencia en casos de pena capital, para asistir en la defensa del acusado.
Esta medida refleja la seriedad con la que el sistema judicial estadounidense está manejando el proceso, dado que la pena de muerte es un castigo poco común para casos de narcotraficantes extranjeros. El Departamento de Justicia de EE.UU. ha señalado que los cargos contra Caro Quintero, que incluyen liderar una organización criminal responsable de introducir toneladas de cocaína, heroína y marihuana a EE.UU., justifican considerar la pena máxima.
Además, Caro Quintero no está solo en este proceso. En la misma audiencia, su sobrino y exlugarteniente, Ismael Quintero Arellanes, conocido como «Fierro», también compareció. La abogada de Quintero Arellanes, Linda George, informó que su cliente está explorando un posible acuerdo de culpabilidad, lo que podría reducir su sentencia. Ambos están programados para regresar a la corte el 25 de junio, fecha en la que se espera que los fiscales hayan tomado una decisión sobre la pena de muerte para Caro Quintero.
Caro Quintero: Un pasado de violencia y fuga
La historia de Caro Quintero está marcada por la violencia y la impunidad. En los años 80, fue uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara, que sentó las bases para el narcotráfico moderno en México. Su papel en el asesinato de Camarena, quien había infiltrado sus operaciones y provocado la incautación de una plantación de marihuana de 2,500 acres en 1984, lo convirtió en uno de los criminales más buscados por el FBI. En 2018, fue incluido en la lista de los 10 más buscados, con una recompensa de $20 millones por información que llevara a su captura.
Tras su liberación en 2013, Caro Quintero retomó actividades criminales, liderando el Cártel de Caborca y enfrentándose a grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Su recaptura en 2022, durante una operación de la Marina mexicana que dejó 14 marinos muertos en un accidente de helicóptero, fue un golpe significativo para el crimen organizado. Ahora, en el Metropolitan Detention Center de Brooklyn, donde comparte espacio con otros reclusos de alto perfil, Caro Quintero enfrenta un futuro incierto mientras el reloj avanza hacia la decisión de los fiscales.
Reacciones y contexto político
La posible aplicación de la pena de muerte a Caro Quintero ha generado reacciones encontradas. La familia de Camarena expresó su gratitud al gobierno de EE.UU. por llevar al acusado ante la justicia después de 14,631 días de espera. «Este momento marca un paso hacia la justicia», señalaron en un comunicado. Por otro lado, la expulsión de Caro Quintero y otros narcotraficantes ha sido vista como un movimiento estratégico del gobierno mexicano, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, para evitar sanciones económicas de la administración Trump, quien ha presionado a México para intensificar su lucha contra el narcotráfico y el flujo de fentanilo hacia EE.UU.
Mientras tanto, el caso sigue siendo un símbolo de las tensiones entre ambos países en materia de seguridad y justicia. La decisión que se tome en los próximos 90 días no solo definirá el destino de Caro Quintero, sino que también podría sentar un precedente para futuros casos de narcotraficantes mexicanos en tribunales estadounidenses. Por ahora, la atención está puesta en Brooklyn, donde el legado de uno de los capos más infames de México está a punto de enfrentar un nuevo capítulo.