El presidente Donald Trump intensificó su campaña contra el horario de verano al instar al Congreso a eliminar los cambios de hora bianuales, calificándolos como una “molestia costosa” para el país.
En un mensaje publicado el 11 de abril en su plataforma Truth Social, Trump exhortó a la Cámara de Representantes y al Senado a “presionar fuerte” para garantizar “más luz al final del día” y poner fin a lo que describió como un “evento muy caro” para el gobierno. La declaración, respaldada por la Oficina de Comunicaciones de la Casa Blanca, llega semanas después de que el tema resurgiera en una audiencia del Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado, donde legisladores debatieron los impactos del horario de verano en la salud y la economía.
Trump, quien durante su primer mandato expresó opiniones variadas sobre el tema, había señalado en diciembre de 2024 que el horario de verano era “inconveniente” y prometió que el Partido Republicano trabajaría para eliminarlo, según un comunicado de la Casa Blanca. Sin embargo, en marzo de este año, el presidente pareció suavizar su postura, describiéndolo como un “tema dividido” tras reconocer que algunos prefieren más luz por la mañana para evitar que los niños vayan a la escuela en la oscuridad, de acuerdo con la Oficina de Prensa del Ejecutivo.
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Ahora, su renovado impulso sugiere una preferencia por hacer permanente el horario de verano, evitando los ajustes de reloj que afectan a la mayoría de los estados desde 1918, cuando se implementó por primera vez para ahorrar energía durante la Primera Guerra Mundial, según el Departamento de Transporte de EE.UU..
La propuesta no es nueva. En 2022, el Senado aprobó por unanimidad la Sunshine Protection Act, un proyecto para hacer el horario de verano permanente, pero la iniciativa no avanzó en la Cámara de Representantes, según registros del Congreso. Este año, senadores como Ted Cruz (republicano por Texas) y Lisa Blunt Rochester (demócrata por Delaware) han reiterado su apoyo para “fijar el reloj” y eliminar los cambios, citando beneficios económicos y de salud, según el Comité de Comercio del Senado. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras estima que los cambios de hora incrementan los accidentes viales debido a alteraciones en los patrones de sueño.
Debate entre salud y economía
El impulso de Trump para eliminar el horario de verano coincide con preocupaciones crecientes sobre su impacto en la salud pública. La Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM) ha abogado por adoptar el horario estándar de forma permanente, argumentando que alinea mejor los relojes con el ciclo solar y reduce riesgos como problemas cardiovasculares y trastornos del sueño.
“Los cambios bianuales perturban el reloj biológico, afectando la productividad y seguridad”, afirmó un portavoz de la AASM. Sin embargo, sectores como el comercio minorista y la hostelería, representados por la Cámara de Comercio de EE.UU., defienden el horario de verano por su impacto positivo en el consumo, ya que las tardes más largas fomentan actividades al aire libre.
En 1974, bajo el presidente Richard Nixon, EE.UU. intentó un horario de verano permanente para ahorrar energía durante la crisis del petróleo, pero la medida fue revertida tras quejas de padres preocupados por niños yendo a la escuela en la oscuridad, según el Departamento de Energía. Este precedente histórico pesa en el debate actual, especialmente en estados del norte como Maine o Minnesota, donde los amaneceres tardíos podrían complicar la rutina matutina, de acuerdo con la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales.
Horario de verano: ¿Qué sigue en el Congreso?
Eliminar el horario de verano requeriría la aprobación del Congreso, un desafío dado el historial de iniciativas estancadas. La Sunshine Protection Act, reintroducida en 2025 por el senador Marco Rubio, cuenta con apoyo bipartidista, pero enfrenta oposición de legisladores que prefieren el horario estándar, según el Registro del Congreso. Mientras tanto, estados como Arizona y Hawái, que no aplican el horario de verano, sirven como excepciones bajo la Ley de Tiempo Uniforme de 1966, supervisada por el Departamento de Transporte. Otros estados, como California y Florida, han aprobado leyes para adoptar el horario de verano permanente, pero esperan la autorización federal.
La postura de Trump ha generado reacciones mixtas. La Asociación Nacional de Gobernadores señaló que los estados están divididos, con algunos priorizando la seguridad pública y otros los beneficios económicos. Por ahora, los estadounidenses se preparan para el próximo cambio el 9 de noviembre de 2025, cuando los relojes retrocedan una hora, a menos que el Congreso actúe antes. El debate sobre el horario de verano promete seguir dividiendo opiniones mientras los legisladores evalúan si fijar el reloj para siempre.
