Los New York Knicks lograron un hito histórico este viernes 16 de mayo al avanzar a la final del Este en la NBA tras derrotar a los Boston Celtics por 119-81 en el sexto juego de las semifinales de conferencia. Este triunfo, disputado en el Madison Square Garden, marcó el regreso de los Knicks a la final del Este por primera vez desde el año 2000, rompiendo una sequía de 25 años.
La victoria fue contundente, con una actuación dominante tanto en defensa como en ataque, liderada por Jalen Brunson y un esfuerzo colectivo que dejó a los campeones defensores sin respuestas, especialmente tras la ausencia de Jayson Tatum, quien sufrió una lesión en el tendón de Aquiles en el cuarto juego.
El partido comenzó con los Knicks tomando el control desde el primer cuarto, aprovechando las debilidades de un equipo de Boston que, sin Tatum, no pudo mantener el ritmo. Brunson, con 23 puntos y seis asistencias, fue clave para mantener el impulso, mientras que Karl-Anthony Towns aportó 21 puntos y 11 rebotes, mostrando su agresividad en la pintura.
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OG Anunoby y Mikal Bridges también brillaron con 23 y 22 puntos respectivamente, y Josh Hart hizo historia al registrar el primer triple-doble de los Knicks en playoffs desde 1972, con 10 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias. Los Celtics, liderados por Jaylen Brown con 20 puntos, se desmoronaron en la segunda mitad, permitiendo a los Knicks liderar por hasta 45 puntos al final del tercer cuarto.
Los Knicks y un dominio defensivo histórico
La defensa de los Knicks fue un factor determinante en su camino a la final del Este en la NBA. En este juego, lograron limitar a los Celtics a un pobre 36% en tiros de campo y un 29.3% desde la línea de tres puntos, una actuación que destacó el trabajo táctico del entrenador Tom Thibodeau. Mitchell Robinson, quien había sido un factor clave en la serie, volvió a ser crucial al contener a Brown y complicar las ofensivas de Boston. La ventaja en rebotes fue abrumadora, con los Knicks superando a sus rivales 55-36, lo que les permitió dominar las segundas oportunidades y mantener el control del ritmo del partido.
La serie, que los Knicks ganaron 4-2, tuvo momentos de alta intensidad, incluyendo dos remontadas épicas en los primeros dos juegos en Boston, donde lograron superar déficits de 20 puntos. Sin embargo, el sexto juego fue una demostración de superioridad total, con los Celtics rindiéndose temprano al sacar a sus titulares antes del último cuarto. La ausencia de Tatum, quien promedió 33.5 puntos por partido contra los Knicks en la temporada regular, dejó a Boston sin su principal arma ofensiva, y aunque Brown intentó liderar, no pudo contra la profundidad y la energía de un equipo neoyorquino motivado por su público en el Garden.
Próximo rival y expectativas
Con este triunfo, los Knicks se preparan para enfrentar a los Indiana Pacers en la final del Este en la NBA, una serie que comenzará el próximo miércoles 21 de mayo en el Madison Square Garden. Los Pacers, que eliminaron a los Cleveland Cavaliers en cinco juegos, llegan como un equipo rápido y con experiencia tras haber alcanzado la final del Este el año pasado. La serie promete ser un enfrentamiento de estilos, con el ritmo acelerado de Indiana chocando contra el juego más metódico y físico de los Knicks, quienes buscarán aprovechar su ventaja en la pintura y su defensa para avanzar a las Finales de la NBA.
El camino de los Knicks en estos playoffs no ha sido fácil. En la primera ronda, vencieron a los Detroit Pistons en seis juegos, con Brunson destacándose al anotar un triple ganador en el sexto partido. Ahora, con tres días de descanso antes del inicio de la próxima serie, el equipo tiene tiempo para prepararse y ajustar estrategias. La afición de Nueva York está eufórica, y el ambiente en el Garden promete ser eléctrico para el primer juego contra los Pacers. La determinación de los Knicks y su capacidad para superar adversidades los posicionan como un contendiente serio al título.
