La jefa adjunta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Myanmar, Elene Vuolo, ha alertado sobre el alto riesgo de brotes de cólera en el país, tras los graves daños en el sistema de saneamiento y la falta de acceso a agua potable provocados por el terremoto de magnitud 7.7 ocurrido el pasado 28 de marzo. La experta subrayó la urgente necesidad de atención internacional para evitar un brote masivo de esta enfermedad bacteriana, especialmente en un contexto de alta vulnerabilidad.
La amenaza del cólera en Myanmar: un problema de saneamiento
El cólera es una enfermedad bacteriana grave que se manifiesta principalmente a través de diarrea acuosa y deshidratación. Esta enfermedad se propaga debido a sistemas de saneamiento deficientes y la falta de acceso a agua potable limpia, factores que se han visto agravados por el reciente terremoto que devastó el centro-norte de Myanmar. La OMS ha expresado su preocupación, ya que el país enfrenta una escasez crítica de agua potable, y la llegada del «verano» en abril, con temperaturas de hasta 42 grados, podría empeorar la situación.
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Vuolo destacó que el riesgo de cólera en Myanmar es «muy alto», especialmente en áreas como Mandalay, una de las regiones más afectadas por el sismo. En octubre de 2023, la OMS ya tuvo que intervenir debido a un brote de cólera en esta misma zona. El gobierno de Myanmar y las organizaciones internacionales están trabajando para prevenir una nueva crisis de salud pública, pero la situación es crítica debido a la destrucción de infraestructuras esenciales para el acceso al agua y el saneamiento.
MANDALAY (Myanmar), 02/04/2025.- Un monje budista pasa junto a una pagoda derrumbada en el municipio de Amarapura, Mandalay, Myanmar. EFE/EPA/Nyein Chan Naing
La devastación del terremoto en Myanmar: muertos y desplazados
El terremoto de magnitud 7.7 y sus réplicas, que alcanzaron los 6.4 grados, causaron graves daños en la región centro-norte de Myanmar. El número de muertos ya ha superado los 3,000, mientras que más de 9,000 personas han quedado sin hogar. Las autoridades han informado que, aunque se han realizado esfuerzos por rescatar a sobrevivientes, la búsqueda es cada vez más difícil, ya que la mayoría de los edificios colapsados ya no contienen personas vivas. La prioridad ahora es garantizar la seguridad de las personas afectadas y evitar la propagación de enfermedades.
Vuolo agregó que la intervención de la OMS ha sido limitada por la falta de recursos, aunque la agencia ha repartido los insumos y medicamentos disponibles. No obstante, advirtió que la cantidad de ayuda enviada es «una gota en el océano» frente a la magnitud del desastre. «El sistema de salud en Myanmar ya estaba débil antes del terremoto, y ahora se encuentra al borde del colapso», explicó la experta.
El cólera: una preocupación sanitaria en tiempos de desastre
El brote de cólera en Myanmar no es algo nuevo. Los terremotos, como el de marzo de 2023, a menudo provocan brotes de cólera debido al colapso de infraestructuras básicas como el suministro de agua y los sistemas de saneamiento. La situación se ve exacerbada por la alta temperatura y la escasez de lluvias, lo que dificulta aún más el acceso a agua potable. En este contexto, la OMS y otras organizaciones humanitarias han redoblado sus esfuerzos para contener la propagación de esta peligrosa enfermedad.
El cólera, en este sentido, representa no solo una crisis de salud pública, sino también un desafío logístico para las autoridades y los equipos de rescate. Las organizaciones internacionales y el gobierno de Myanmar están luchando contra el tiempo para evitar una segunda tragedia en forma de un brote de cólera a gran escala.
Personas en un refugio temporal en la plataforma de una carretera en Mandalay, Myanmar. EFE/EPA/Nyein Chan Naing
Rescate y ayuda internacional en Myanmar
A pesar de las dificultades, la ayuda internacional no ha cesado. Hasta el miércoles, 49 aviones cargados con ayuda humanitaria aterrizaron en Birmania, trayendo más de 714 toneladas de materiales y equipos de rescate, así como a 1,915 efectivos de rescate que han trabajado incansablemente en las zonas más afectadas. La ONU ha estimado que alrededor de 10 millones de personas viven en las áreas de emergencia, y se calcula que hasta 7.3 millones de personas podrían estar directamente afectadas por el desastre.
Sin embargo, el desafío sigue siendo enorme, no solo en términos de la búsqueda y rescate de sobrevivientes, sino también en cuanto a la necesidad urgente de atención sanitaria para prevenir enfermedades. Los hospitales y centros de salud en las regiones afectadas han sido gravemente dañados, lo que ha aumentado la presión sobre el sistema sanitario del país.
Impacto en la infraestructura y el bienestar de los afectados
La junta militar de Myanmar, que gobierna el país desde el golpe de estado de 2021, ha actualizado las cifras de víctimas del terremoto, elevando el número de muertos a 3,085 y el de heridos a 4,715. La destrucción ha sido masiva: más de 21,000 viviendas colapsaron, al igual que hospitales, escuelas, y edificios religiosos. Las réplicas sísmicas continúan, lo que genera un ambiente de miedo y desconfianza entre los habitantes, muchos de los cuales han abandonado las ciudades y se han refugiado en áreas rurales con menor acceso a servicios básicos.
El gobierno ha declarado una tregua de tres semanas para facilitar las tareas de ayuda, aunque los grupos rebeldes han rechazado un alto el fuego más duradero. Las organizaciones humanitarias siguen trabajando en un contexto de gran incertidumbre, tratando de asegurar el acceso a las áreas más devastadas para entregar ayuda y evitar que el cólera se convierta en una epidemia.