El Metro de Nueva York anunció esta semana una decisión histórica: los billetes físicos, conocidos como MetroCards, serán retirados de circulación a partir del 31 de diciembre de 2025. La Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) confirmó el fin de una era que comenzó en 1993, cuando las MetroCards reemplazaron a los tokens. Desde el próximo año, el sistema de pago “tap-and-go” OMNY, que permite usar tarjetas bancarias o dispositivos móviles en los tornos, será la única opción para acceder a los trenes y autobuses de la ciudad. El cambio, anunciado el pasado 19 de marzo en redes sociales por la MTA, ya está en marcha, con estaciones como Grand Central adaptándose al nuevo sistema.
La transición no es sorpresa. Desde su lanzamiento en 2019, OMNY ha ganado terreno, y hoy es aceptado en todas las líneas del Metro de Nueva York y autobuses, incluyendo a estudiantes, usuarios de tarifas reducidas y beneficiarios del programa Fair Fares. Según la MTA, más del 70% de los viajes en 2024 se pagaron con este método contactless, dejando a las MetroCards como reliquias de un pasado que pronto será historia. “Es un paso hacia la modernización y la eficiencia”, dijo Janno Lieber, presidente de la MTA, en un comunicado el viernes.
Te Recomendamos
El impacto económico también pesa. La autoridad espera ahorrar 20 millones de dólares anuales al eliminar la producción de tarjetas, el mantenimiento de máquinas expendedoras y el manejo de efectivo. En el Bronx, usuarios ya notan menos máquinas disponibles, mientras en Manhattan las colas para recargar MetroCards se reducen. Sin embargo, no todos celebran: algunos pasajeros, especialmente mayores, temen quedar rezagados por la tecnología.
Metro de Nueva York: Un cambio en marcha
El retiro de los billetes físicos del Metro de Nueva York responde a una tendencia global. Ciudades como Londres, con su Oyster Card reemplazada por pagos contactless desde 2014, y Chicago, que eliminó boletos en papel en 2021, marcan el camino. En Nueva York, la MTA asegura que OMNY ya está preparado para todos: los usuarios de tarifas reducidas pueden vincular sus beneficios al sistema, y las escuelas han distribuido tarjetas OMNY a estudiantes desde el año pasado. “No habrá nadie afuera”, afirmó Lieber, respondiendo a críticas en X, donde algunos calificaron el cambio como “un golpe a los no bancarizados”.
El proceso será gradual. Hasta el 31 de diciembre, las MetroCards seguirán a la venta y funcionando, pero la MTA ya dejó de instalar nuevas máquinas expendedoras en estaciones como Flushing-Main Street. En Brooklyn, carteles advierten: “Prepárate para OMNY”. La autoridad también lanzó una campaña educativa, con anuncios en español y otros idiomas, para guiar a los usuarios. En Queens, trabajadores del metro reportaron un aumento en preguntas sobre cómo usar tarjetas bancarias en los tornos.
No es la primera vez que el Metro de Nueva York transforma su sistema de pago. Los tokens, introducidos en 1953, fueron icónicos hasta su retiro en 2003, y ahora las MetroCards, con más de 30 años de historia, siguen el mismo destino. En redes, los nostálgicos ya comparten fotos de sus tarjetas gastadas: “Fin de una era en NYC”, tuiteó un usuario el sábado.
Voces a favor y en contra
Las reacciones al anuncio del Metro de Nueva York son mixtas. En Manhattan, pasajeros como María López, de 28 años, aplauden la rapidez de OMNY: “Es más fácil, solo tocas y pasas”. Pero en el Bronx, José Rivera, de 63, se queja: “No todos tenemos tarjetas de crédito, ¿qué hacemos?”. La MTA responde que los usuarios sin banco podrán comprar tarjetas OMNY prepagadas en tiendas locales a partir de julio, aunque los detalles aún son vagos.
Organizaciones como Riders Alliance han pedido más apoyo para los vulnerables. “El Metro de Nueva York debe garantizar acceso equitativo”, dijo Danny Pearlstein, portavoz del grupo, a Univision el viernes. Mientras, en estaciones como Times Square, los turistas ya usan OMNY sin problemas, aprovechando Apple Pay y Google Wallet. “Es como en casa”, comentó un visitante de San Francisco.
El cambio también tiene un lado práctico. La MTA espera reducir el fraude, que en 2024 costó millones en MetroCards falsificadas, según un informe interno. En estaciones de Brooklyn, los tornos OMNY ya muestran menos intentos de colarse, algo que los tokens y tarjetas nunca lograron frenar del todo.
Por ahora, el Metro de Nueva York se despide de un símbolo. En X, el hashtag #AdiosMetroCard crece, mientras los usuarios comparten anécdotas de tarjetas perdidas o recargadas en el último segundo. El próximo año, el sistema que mueve a 5 millones de personas diarias será completamente digital, un salto que promete eficiencia, pero también desafíos para una ciudad que no deja a nadie indiferente.